“Reconducir a los hombres a Dios, y Dios a los hombres”, preocupación central del
Santo Padre, según el balance trazado por nuestro director general, en vísperas de
celebrarse el cuarto año del pontificado de Benedicto XVI
Jueves, 16 abr (RV).- El padre Federico Lombardi, director de la Oficina de Prensa
de la Santa Sede y de Radio Vaticano, ha concedido una entrevista a nuestra emisora
sobre el cuarto año de Pontificado de Benedicto XVI, cuya elección – recordamos- celebraremos
el próximo 19 de abril, y que este año coincide con el II Domingo de Pascua, de la
Divina Misericordia.
Les ofrecemos la entrevista comenzando por la
respuesta sobre el cumpleaños del Papa, en la que el padre Lombardi cuenta qué es
lo que le desea, en el ámbito personal:
“Le deseo que pueda
seguir desarrollando durante largo tiempo su ministerio, que es un ministerio profundo,
de ayuda a los hombres y a las mujeres de hoy para encontrar a Dios. Se percibe que
éste es verdaderamente el centro de su preocupación: reconducir a los hombres a Dios,
y Dios a los hombres, por medio de un gran amor personal a Cristo. Yo espero, verdaderamente,
que en lo posible –tanto en la Iglesia con su magisterio tan cualificado, así como
completando su libro sobre Jesús, cuya segunda parte deseo verdaderamente poder leer–
pero también para la humanidad de hoy, que logre hacer entender que, a pesar de las
posturas críticas que se deben tomar hacia tantos aspectos negativos de la cultura
y de la mentalidad de hoy, en el fondo, el mensaje principal que se brinda es un mensaje
de amor, un mensaje para el bien del hombre, de la persona humana, y que es precisamente
su reconciliación con Dios y con todos los otros hombres que viven en esta tierra».
Por lo que respecta al último año de pontificado de Benedicto XVI, el
padre Lombardi comienza recordando que por estas fechas, hace precisamente un año,
el Papa estaba en Estados Unidos y que éste ha sido un año con cuatro viajes fuera
de Italia, que ha abarcado cuatro continentes:
«Me parece digno
de nota. El Papa ha estado en América, en Estados Unidos, en las Naciones Unidas.
Ha estado en Australia para la Jornada Mundial de la Juventud. En Francia y, finalmente,
en África, hace pocas semanas. Ha recorrido cuatro continentes en un año y todos estos
viajes han sido notables por la acogida, por la eficacia con que su mensaje ha sido
recibido también de parte de públicos completamente distintos desde el punto de vista
cultural y de su situación. Por ello diría que el Papa ha vivido la dimensión universal
de su ministerio de forma extremadamente eficaz, en el curso de este año».
Después
de destacar la importancia del Sínodo de los Obispos sobre la Palabra de Dios –evento
de la Iglesia universal que se ha desarrollado con gran serenidad, participación y
satisfacción de todos los participantes y que a su vez se han hecho mensajeros también
de este aspecto radical de la vida de la Iglesia que es la escucha y el anuncio de
la Palabra de Dios-, el padre Federico Lombardi se refiere al igualmente importante
magisterio ‘ordinario’ de Benedicto XVI, poniendo de relieve su carisma –‘uno de los
más extraordinarios del Papa’ – enlazado con sus discursos, homilías, y catequesis:
«Son una enorme riqueza y podrán permanecer largo tiempo como patrimonio
del pueblo cristiano, para formarlo cultural, teológica y espiritualmente. Pensemos
en sus homilías de los últimos días, que hemos escuchado con ocasión del Triduo Sagrado,
por ejemplo, que han sido verdaderamente sublimes. No debemos olvidarlas, aunque no
sean noticias destacadas en los diarios. Sin embargo, en la vida cristiana, en la
vida de la Iglesia, son puntos de referencia y modelos de meditación, de profundización
de la Palabra de Dios, del evento cristiano, muy importantes».
Nuestro
director general, responde asimismo a una pregunta sobre cómo Benedicto XVI ha vivido
algunos momentos delicados y difíciles en este último año. El más evidente, según
su parecer, fue el de las «discusiones con motivo de la remisión de la excomunión
a los cuatro obispos ordenados por monseñor Lefebvre y el ‘contextual caso Williamson’:
«¿Cómo lo vivió el Papa? Lo vemos con la Carta que él mismo escribió a
los obispos de todo el mundo, que es un documento extraordinario, un documento muy
personal, intenso, en que vemos cómo él afronta una situación de tensión dentro de
la Iglesia y también en relación con la cultura circunstante. La afronta sustancialmente
volviendo a poner en claro las prioridades de su pontificado, reconducir a los hombres
a Dios y Dios a los hombres, y poniendo de relieve los criterios evangélicos con los
cuales ha tomado esta iniciativa de la remisión de la excomunión, como un gesto de
misericordia, inspirándose en las palabras del Evangelio: Reconcíliate con tu hermano.
Diría que nos ha dado un testimonio muy intenso como hombre de fe, como pastor que
guía la Iglesia con criterios de pura fe y gran caridad y responsabilidad espiritual
en relación con el pueblo de Dios y de la humanidad de hoy».
Sobre la
participación de Benedicto XVI en el dolor de las víctimas del terremoto que asoló
la región italiana de Los Abruzos, y que el Santo Padre espera visitar en cuanto
sea posible, el padre Lombardi destaca la gran sensibilidad, profunda humanidad y
la dulzura de la atención del Papa a los demás, en particular ante los que sufren.
«La cercanía de su corazón, de su espíritu continúa y es muy sincera, humana y espiritual
al mismo tiempo». Sin olvidar la importancia del mensaje cristiano de esperanza, que
se afianza en la Resurrección de Jesús.
Ante el próximo viaje de Benedicto
XVI a Tierra Santa -del 8 al 15 de mayo- nuestro director general recuerda las palabras
del Papa en su mensaje pascual, en la bendición Urbi et Orbi: «Por la Pascua, Cristo
ha extirpado la raíz del mal, necesita no obstante hombres y mujeres que lo ayuden
siempre y en todo lugar a afianzar su victoria con sus mismas armas: las armas de
la justicia y de la verdad, de la misericordia, del perdón y del amor». Mensaje que
el Papa ha llevado a África, para tantos pueblos que sufren y que ahora quiere llevar
a Tierra Santa, como peregrino de reconciliación, de perdón y de paz, en una peregrinación
de fe. Y añade:
«Se ha referido explícitamente al tema de la reconciliación
y ha dicho: ‘La difícil, pero indispensable reconciliación -que es premisa para un
futuro de seguridad común, de pacífica convivencia- no podrá ser realidad sino gracias
a los esfuerzos renovados, perseverantes y sinceros en favor de la solución del conflicto
entre israelíes y palestinos».