2009-04-01 13:19:48

El Papa exhorta al G20 a coordinar sus esfuerzos para salir de la actual crisis mundial, provocada por "un déficit de ética en las estructuras económicas", y evitar soluciones marcadas por el egoísmo nacionalista o el proteccionismo


Miércoles, 1 abr (RV).- Benedicto XVI dirigió una carta al primer ministro del Reino Unido, Gordon Brown, en la víspera de la cumbre del G20 en Londres, asegurando su oración, y auspiciando el compromiso de los líderes participantes al encuentro para “enfrentar las más graves urgencias de la situación mundial”.

Con su carta, el Papa manifiesta a los jefes de Estado y de Gobierno que participan de esta importante cita, el agradecimiento de la Iglesia Católica, así como su reconocimiento personal, por los altos objetivos que este encuentro se propone, y que se fundan en la convicción, compartida por todos los gobiernos y los organismos internacionales participantes, que la salida de la actual crisis global sólo se puede realizar “juntos, evitando soluciones marcadas por el egoísmo nacionalista y el proteccionismo”.

Con el recuerdo reciente de su viaje a África, el Santo Padre observa que allí ha podido palpar ya sea la realidad de una pobreza asfixiante, de una exclusión crónica -que la crisis amenaza con agravar dramáticamente, así como los extraordinarios recursos humanos de los que ese continente goza y que puede poner a disposición planeta entero.

Por esto, Benedicto XVI agrega que la actual situación mundial debe inducir a los participantes en la cumbre londinense a una profunda reflexión, ya que justamente aquellos cuya voz tiene menos fuerza en el escenario político, son los que más sufren los daños de una crisis de la cual no son responsables.

Otro de los motivos de reflexión para esta cumbre, a saber del Papa, es el hecho de que las crisis financieras se desatan en el momento en el que, también como consecuencia de un comportamiento ético equivocado, falta la confianza de los agentes económicos en los instrumentos y en los sistemas financieros. Benedicto XVI subraya que las finanzas, el comercio y los sistemas de producción son “creaciones humanas contingentes” que, cuando se transforman en objeto de confianza ciega, traen en sí mismas la raíz de su fracaso. La única base verdadera y sólida es la confianza en el hombre, agrega el Papa. Por eso todas las medidas propuestas para enfrentar la crisis deben buscar ofrecer seguridad a las familias y estabilidad a los trabajadores y de renovar, a través de reglas y controles oportunos, la ética en las finanzas, añade.

Más adelante el Santo Padre constata que la actual crisis ha levantado el espectro de la cancelación o de la drástica reducción de los planes de ayuda internacional, especialmente para África y para otros países menos desarrollados. A este punto, Benedicto XIV recuerda que la ayuda al desarrollo, incluidas las condiciones comerciales y financieras favorables a los países menos desarrollados y la remisión de la deuda externa de los países más pobres y más endeudados, no ha sido la causa de la crisis y, por un motivo de justicia fundamental, no debe ser la víctima.

Por tal motivo - se lee también en el mensaje del Pontífice- la renovada confianza en el hombre, para afrontar cada paso hacia la solución de la crisis, encontrará la mejor forma de concretarse en la decidida y generosa potenciación de una cooperación internacional capaz de promover un desarrollo humano real e integral… El Papa concluye pidiendo a los líderes mundiales para que la efectiva confianza en el hombre, sobre todo la confianza en los hombres y mujeres más pobres – de África y de otras regiones del planeta golpeadas de la pobreza extrema – sea la prueba que verdaderamente se quiere salir de la crisis sin exclusiones y de manera permanente, y que se desea con decisión evitar el repetirse de situaciones similares a las que hoy nos toca vivir.







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