2009-04-01 13:31:19

Cultura y Humanismo: editorial Octava Dies dedicado a los dos ángeles de África


Miércoles, 1 abr (RV).- El Santo Padre ha analizado hoy durante la audiencia general su reciente viaje al continente africano, mientras que se prepara para su próximo peregrinaje, del 8 al 15 de mayo a Tierra Santa. La Fundación Juan Pablo II por el deporte ya se está preparando para este importante viaje, y ha convocado un maratón que enlazará las ciudades de Jerusalén y Roma entre los próximos 23 de abril y 27 de mayo, con el objetivo de conmemorar los dos mil años del nacimiento de San Pablo en el marco del Año Paulino en honor al Apóstol. Por esta razón, la carrera seguirá los pasos de San Pablo y pasará por algunos de los lugares desde los que el Apóstol de los Gentiles predicó el Evangelio, poniendo las bases para la posterior expansión de la Iglesia.

El recorrido suma 1.300 kilómetros y atraviesa cinco países, que son Israel, Grecia, Malta, Italia y Ciudad del Vaticano. El maratón partirá el 23 de abril desde Belén, la ciudad donde nació Jesús, y llegará a la Plaza San Pedro del Vaticano el 27 de mayo. La última etapa, en Roma, estará repleta de actividades paralelas, entre ellas, una vigilia espiritual en la basílica de San Pablo Extramuros y el saludo del Papa Benedicto XVI en la plaza San Pedro.

La Fundación Juan Pablo II por el deporte nació con el objetivo de recoger el legado del Papa polaco, que además de ser un gran amante del deporte, destacó su valor formativo y espiritual en numerosas ocasiones. Por esta razón, el evento también servirá para conmemorar el 25 aniversario de la celebración del primer Jubileo de los deportistas, que fue promovido por Juan Pablo II en abril de 1984.

Y precisamente mañana jueves 2 de abril, se celebra también el cuarto aniversario de la muerte de Juan Pablo II, un papa prolífico en viajes que también visitó Tierra Santa y el continente africano.

Precisamente el viaje a África de Benedicto XVI fue el argumento del editorial Octava Dies del director de Radio Vaticano y de la oficina de prensa de la Santa Sede, el P. Federico Lombardi, que se detuvo a analizar el triste fallecimiento de dos mujeres que esperaban la llegada del Papa en el estadio de Luanda.

“Sólo he podido ver sus dulces rostros, parecía que dormían serenamente, arropadas por cándidas telas en el centro de una sala vacía del Hospital María Pía. ¡Cuántos millones de rostros sonrientes de chicas en fiesta había admirado a lo largo de las calles de Luanda en esos días! Seguro que también estaban ellas: Celine de 22 años y Anna de 21, murieron aplastadas o pisoteadas entre la muchedumbre en la puerta 4 del Estado dos Coqueiros, donde querían participar en la gran fiesta de los jóvenes junto al Papa. La primera era catequista, y la segunda miembro de un grupo vocacional. Ambas han finalizado su recorrido terreno de fe y de compromiso de forma violenta e inesperada, pero acompañarán ahora de forma nueva a sus amigos y amigas, la juventud africana sedienta de esperanza y de ideales. Los centenares, millones de jóvenes, que colaboraron generosamente para el buen éxito del viaje del Papa, las jóvenes mujeres de los movimientos católicos, conscientes de su papel central en la vida de la Iglesia y de la sociedad africana, los catequistas, y tantas otras personas comprometidas como ellos, son verdaderamente el signo concreto de esa esperanza de África y para África, de la que el Papa ha hablado tantas veces en Camerún y Angola. Sobre estas fuerzas se debe y se puede contar para que la Iglesia en África sea de verdad capaz de servir a la reconciliación, la justicia y la paz, no con palabras, sino con obras. Para reabrir el camino del futuro en un continente martirizado, ¿qué mejor cosa que la juventud que sabe creer, amar y esperar? Gracias, Celine y Anna, por haber asistido con nosotros al encuentro de los jóvenes con el Papa. No os olvidaremos. Seguiréis acompañándonos como los ángeles, a lo largo del camino del futuro de África”.







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