Benedicto XVI subraya durante el Ángelus dos aspectos que le han sorprendido en su
viaje a África: la felicidad visible en los rostros de la gente, y el fuerte sentido
del sagrado que se respiraba en las celebraciones litúrgicas
Domingo, 29 mar (RV).- El Santo Padre Benedicto XVI ha dedicado el Ángelus de hoy
a recordar su peregrinaje por Camerún y Angola, señalando que el próximo miércoles,
durante la Audiencia General, hablará con más detenimiento sobre los frutos de este
viaje.
“Antes de nada, deseo agradecer a Dios y a cuantos, de alguna forma,
han colaborado para el buen éxito del viaje apostólico que he cumplido por África
en días pasados, e invoco sobre las semillas esparcidas en tierra africana, la abundancia
de la bendición del Cielo”. Benedicto XVI ha saludado de manera especial a los jóvenes
africanos que viven en Roma que se encontraban hoy en la plaza de San Pedro acompañados
por el secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Mons.
Robert Sarah. “Habéis querido venir a manifestar la felicidad y el reconocimiento
por mi viaje a África –les ha dicho el Santo Padre- os lo agradezco de corazón. Rezo
por vosotros, por vuestras familias y por vuestro país de origen. Gracias”.
El
Pontífice ha aprovechado la ocasión para manifestar su profunda emoción al encontrar
a la comunidad católica y a las poblaciones de Camerún y Angola, poniendo de relieve
dos aspectos que le han sorprendido en particular modo. Por un lado ha destacado “la
felicidad visible en los rostros de la gente, la felicidad de sentirse parte de la
única familia de Dios”. En este sentido el Papa ha agradecido al Señor la posibilidad
de haber podido compartir con estos hermanos y hermanas, “momentos de fiesta simple,
coral y llena de fe”. El segundo aspecto que ha destacado el Santo Padre de este viaje
ha sido “el fuerte sentido del sagrado que se respiraba en las celebraciones litúrgicas,
característica común a todos los pueblos africanos”, y que según el Pontífice afloró
en cada momento de su permanencia en tierra africana. “La visita –ha subrayado
el Papa- me ha permitido ver y comprender mejor la realidad de la Iglesia en África
en la variedad de su experiencia y de los desafíos a los que se enfrenta en este tiempo”.
Precisamente pensando en estos desafíos que marcan el camino de la Iglesia en el continente
africano, y en todo el mundo, Benedicto XVI ha recordado las palabras del Evangelio
de este quinto domingo de Cuaresma: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere,
queda él solo; pero si muere da mucho fruto”.
“Jesús muere como un grano de
trigo que Dios Padre ha sembrado por el mundo”, ha explicado el Pontífice recordando
que sólo así, “podrá germinar y crecer una nueva humanidad, libre del dominio del
pecado y capaz de vivir en fraternidad, como hijos e hijas del único Padre que está
en los cielos”.“En la gran fiesta de la fe vivida en África, hemos experimentado
que esta nueva humanidad está viva, incluso con sus límites humanos. Allí donde los
misioneros, como Jesús, han dado y continúan a dar la vida por el Evangelio, se recogen
abundantes frutos”. A todos los misioneros el Papa ha agradecido el bien que han realizado.
“Para mí –ha subrayado Benedicto XVI- ha sido muy hermoso ver los frutos de su amor
a Cristo, y constatar el reconocimiento que los cristianos tienen hacia ellos”.
Y
tras el rezo mariano del Ángelus y el responso por los fieles difuntos, Benedicto
XVI ha recordado que el próximo jueves a las seis de la tarde, presidirá en San Pedro,
la Santa Misa del cuarto aniversario de la muerte de su predecesor el Siervo de Dios
Juan Pablo II. El Papa ha invitado a participar en esta celebración a los jóvenes
de Roma, de modo que sirva de preparación para la Jornada Mundial de la Juventud que
se celebrará a nivel diocesano el Domingo de Ramos.
Benedicto XVI ha querido
dedicar también un recuerdo en su oración a la Jornada Mundial del Autismo que se
celebrará el próximo 2 de abril. Y en sus saludos a todos los fieles, éstas han sido
las palabras que el Papa ha dirigido en español: “Saludo con afecto
a los peregrinos de lengua española, en particular a los profesores y estudiantes
del Colegio San José, de Reus, y al grupo Santa María de la Estrella,
de Argentina. En este último domingo de Cuaresma, os animo a vivir con especial fervor
estos días que aún nos quedan de preparación para la Pascua. Que la Santísima Virgen
María nos alcance la gracia de estar bien dispuestos para celebrar intensamente los
grandes misterios de nuestra Redención. Muchas gracias y feliz domingo”.