2009-03-27 15:56:16

Reflexiones en familia


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Jueves, 26 mar (RV).- Hablar de honestidad en los momentos actuales es fundamental pues en todas nuestras relaciones con los otros, y más en tiempos de crisis, la palabra y la percepción hacia las otras personas están tan amenazadas como la confianza misma.


En días pasados, asistí a una reunión de negocios poco usual, pues dos personas acordaron una transacción comercial, que obviamente involucraba dinero y acuerdos de trabajo conjunto, es solo que con un buen apretón de manos y un "de acuerdo", estas dos personas sellaron su trato. Uno dijo: "¿Necesitas que te firme algo?". Y la respuesta del otro me emocionó: "Con
tu palabra basta", le dijo.

Hoy en día ya no se hacen compromisos, acuerdos o negocios de palabra, porque nadie confía en nadie, debido a la gran prevención que tenemos ante la actuación deshonesta de las personas, que se aprovechan de la ingenuidad o necesidad de los que confiaron en ellas. Y no hay nada más terrible que tener que mantenernos a la defensiva, atentos y vigilantes del comportamiento o la actitud de las otras personas, tratando de descubrir o de averiguar cuáles serán sus verdaderas intenciones, para evitar que nos roben o que abusen de nosotros.

Sería maravilloso si todos fuésemos honestos, conscientes y responsables de nuestra palabra, de nuestros actos y compromisos en todo momento, pues, seguramente así, retornarían la confianza, la entrega y la tranquilidad a nuestras vidas, y sobre todo tendrían mayor valor y fluidez las relaciones con los demás.

La verdad ser honestos es realmente fácil, porque es sobre todo un asunto de actitud, de conciencia y responsabilidad personal. ¿En que momento perdimos la capacidad de decir la verdad de lo que pensamos y sentimos?, porque hay que decir verdades a medias, mentiras blancas u oscuras, pero mentiras finalmente que desdibujan lo que somos y lo que queremos. Todos tenemos la capacidad de elegir las palabras adecuadas para expresarnos de la mejor manera, y sin tener que decir algo que no pensamos o, peor aún, que no vamos a cumplir.

El principio de coherencia es un elemento esencial en nuestras vidas, es un eje rector de lo que somos y de la manera como nos mostramos y actuamos con los demás y con el entorno, sin embrago en muchas situaciones hacemos cosas o decimos cosas completamente contrarias a lo que somos y a lo que creemos. Es como la mamá que insiste a su hijo es que por favor no le diga mentiras, pero acto seguido le pide a su hijo que le diga a la señora que ha llamado por teléfono que no está, porque no puede atenderla.

Ante todo y sobre todo, seamos honestos con nosotros y con los demás. Las mentiras que más caras se pagan son las que nos decimos a nosotros mismos, a costa de perder la dignidad, la felicidad, la salud y hasta la vida. Es necesario ser transparentes, mostrarnos a los demás con nuestras realidades, con lo que de verdad pensamos, sentimos y creemos. Ser uno en cualquier circunstancia y lugar, en lugar de tener diversos rostros que se usan de acuerdo con las circunstancias.

Cuando existe honestidad en una persona, es porque hay coherencia entre sus pensamientos, palabras, sentimientos y actuación. Esta forma de actuar íntegra, consciente y responsable, nos asegura mantener buenas relaciones personales y recibir la paz y la tranquilidad que todos necesitamos. Cuando tratamos de ocultar nuestras faltas, carencias y limitaciones, detrás de una actuación interesada, falsa y aventajada, tarde o temprano quedaremos expuestos en nuestra intención y actuación frente a los demás, y será la vida, una vez más, la que nos dé más de lo mismo como una consecuencia natural.

La honestidad es la transparencia del alma, es la tranquilidad y la libertad del actuar limpia y sinceramente, de acuerdo con lo que cada uno es, con lo que siente y piensa. Que bueno sería volver a la honestidad de la palabra, a la credibilidad en los otros a partir de los actos y comportamientos claros y responsables, tal vez este mundo sería menos complicado y todos seríamos más felices.

Texto: Alma García
Locución: Alina Tufani







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