El Papa exhorta a profundizar en el tema de la adoración eucarística a través de un
mayor conocimiento del misterio y a incrementar la vida litúrgica
Viernes, 13 mar (RV).- A última hora de la mañana, el Santo Padre ha recibido en la
Sala del Consistorio del Palacio Apostólico a los participantes a la Asamblea plenaria
de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Benedicto
XVI ha saludado de manera particular a los responsables del dicasterio encabezados
por el nuevo prefecto, cardenal Antonio Cañizares Llovera.
El Santo Padre ha
aludido a las reflexiones tratadas durante esta semana por la plenaria sobre el Misterio
eucarístico y de manea particular sobre la Adoración Eucarística, “acogiendo con complacencia
la propuesta de la misma asamblea de ocuparse del tema de la Adoración Eucarística,
en la confianza de que una renovada reflexión colegial sobre esta praxis pueda contribuir
a esclarecer, en los límites de competencia del dicasterio, los medios litúrgicos
y pastorales con los que la Iglesia de hoy promueve la fe en la presencia real del
Señor en la Santa Eucaristía, asegurando en la celebración de la Santa Misa toda la
dimensión de la adoración”.
El Papa ha dicho que el mismo Concilio Vaticano
II ha puesto en evidencia el papel singular que el misterio eucarístico tiene en la
vida de los fieles. “La Eucaristía es un altísimo misterio: como dice la sagrada Liturgia
es: mysterium fidei, misterio de fe. De hecho, la Eucaristía es el origen de la misma
Iglesia y es el manantial de la gracia, constituyendo una incomparable ocasión tanto
para la santificación de la humanidad de Cristo como para la glorificación de Dios.
“Nuestra tarea -ha explicado el Pontífice- es percibir el preciosísimo
tesoro de este inefable misterio de fe, tanto en la misma celebración de la misa,
como en el culto de las sagradas especies, que son conservadas después de la misa
para extender la gracia del Sacrificio”. La doctrina de la transubstanciación del
pan y del vino y de la presencia real son verdades de fe evidentes ya en la Sagrada
Escritura, y confirmadas después por los padres de la Iglesia. Benedicto XVI ha señalado
que Pablo VI recordaba que “la Iglesia no sólo ha enseñado siempre, sino que ha vivido
la fe en la presencia del cuerpo y la sangre de Cristo en la Eucaristía, adorando
siempre este gran Sacramento”.
“En la Eucaristía la adoración debe volverse
unión: unión con el Señor viviente y después con su Cuerpo místico”. “Dios no está
sólo frente a nosotros, sino dentro de nosotros y nosotros estamos en Él. El Cuerpo
y la Sangre de Cristo se nos dan para que nosotros mismos vengamos transformados a
su vez”. El Papa ha afirmado que la profundización sobre el tema de la adoración eucarística
será posible sólo a través de un mayor conocimiento del misterio, en plena fidelidad
con la sagrada Tradición e incrementando la vida litúrgica.