Jornada Misionera del Día de Hispanoamérica: “América con Cristo vive la misión”
Jueves, 26 feb (RV).- “América con Cristo vive la misión”, es el tema de la Jornada
Misionera del Día de Hispanoamérica que cada año celebra la Conferencia Episcopal
española el 1 de marzo. La celebración del Día de Hispanoamérica sirve para sintonizar
con el momento eclesial que viven las Iglesias hermanas, explican los obispos españoles
en un comunicado, recordando que se pone en el centro de la conmemoración el documento
de Aparecida.
En dicho documento Jesucristo es la centralidad, y en Él Dios
Padre nos ha ofrecido su Reino de verdad, de justicia y de paz. Cristo es el camino,
la verdad y la vida. Llevar a Cristo a las personas y a las sociedades latinoamericanas
es ponerse en camino para la verdadera transformación de aquellos pueblos.
Con
la Jornada Misionera del Día de Hispanoamérica se pone la mirada abierta a la esperanza
y animados por la fuerza del Espíritu. Es un día para prestar especial atención al
gran puente que une a aquellas Iglesias con las de España, desde hace siglos, y las
de esta geografía generosa con las de aquel continente. En la gran casa de la familia
humana, que es la Iglesia, España mira a Hispanoamérica con especial atención.
El
Papa Benedicto XVI, en el discurso inaugural de la Conferencia de Aparecida, dio una
explicación de las primeras palabras del lema “América con Cristo”: “¿Qué ha significado
la aceptación de la fe cristiana para los pueblos de América Latina y del Caribe?
Para ellos ha significado conocer y acoger a Cristo, el Dios desconocido que sus antepasados,
sin saberlo, buscaban en sus ricas tradiciones religiosas. Cristo era el Salvador
que anhelaban silenciosamente”.
“América Latina también está experimentando
la crisis de fe propia de otras sociedades occidentales, motivo por el cual un mensaje
de la Santa Sede considera que hacen falta misioneros que no anuncien teorías, sino
el encuentro con Cristo vivo”. Es la propuesta que presenta el mensaje que ha enviado
la presidencia de la Pontificia Comisión para América Latina con motivo del Día de
Hispanoamérica en las diócesis de España, que se celebrará el domingo 1 de marzo de
2009.
La misiva ofrece un análisis de la realidad que vive en estos momentos
el subcontinente, que "experimenta cambios vertiginosos en los diferentes ámbitos
de la vida política, económica, social, e incluso religiosa, que ejercen una notoria
influencia, no siempre positiva, en la vida privada de las personas y exigen, por
lo tanto, la mirada atenta de la Iglesia".
El mensaje está firmado por el cardenal
italiano Giovanni Battista Re y por el arzobispo mexicano Octavio Ruiz Arenas, respectivamente
presidente y vicepresidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Por un
lado, analizan en la misiva el impacto de las nuevas tecnologías de la comunicación,
realidades que, "aún siendo buenas en sí mismas en cuanto expresión del progreso humano,
han traído aparejadas una aguda crisis de sentido y de valores, como también una grave
dificultad, cada vez más común entre las personas, para ver el mundo exterior con
objetividad y entrar en contacto con la Verdad". Mientras que por otro lado, el mensaje
presenta "el contexto social, económico y político de América Latina, marcado por
la miseria y por las diferencias cada vez más profundas entre ricos y pobres, y en
el que quisieran surgir nuevamente modelos ideológicos que ya anteriormente se han
demostrado ineficaces como respuesta a los problemas sociales".
Ahora bien,
advierte la Santa Sede, "no son las mismas realidades políticas o sociales las que
contienen la respuesta a la crisis de valores. Ésta se ha de encontrar sólo poniendo
a Dios en el centro. En ello se ha de concentrar la misión actual de la Iglesia".
"América Latina en la actualidad necesita rescatar y reafirmar los valores cristianos
que están en la raíz de su cultura y de sus tradiciones. Es urgente y necesario hacer
llegar la luz del Evangelio a la vida pública, cultural, económica y política", afirma.
“Ante
la crisis de fe en el presente de América Latina urge dar a conocer a Cristo y anunciar
su Palabra con ardor a los hombres y mujeres del continente, para lo cual debemos
fundamentar nuestro compromiso misionero y toda nuestra vida en la roca de la Palabra
de Dios", asegura.
Anunciar el Evangelio, indica, "no consiste en una fría
transmisión de una doctrina, sino fundamentalmente en testimoniar la propia experiencia
de encuentro con una persona, con Jesucristo mismo, que constituye la única realidad
que tiene la fuerza de abrir el corazón de los hombres al contacto con la Verdad".
El mensaje concluye invitando a quienes sientan la llamada de Dios, particularmente
sacerdotes, religiosas y religiosos, a ser misioneros en Latinoamérica para que pueda
seguir siendo el "Continente de la Esperanza" para la Iglesia.