El arzobispo de San Salvador espera que Mons. Romero sea canonizado pronto y aboga
por el fin de la violencia en el país
Lunes, 23 feb (RV).- El nuevo arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, expresó
su deseo de que el Vaticano santifique pronto a Óscar Arnulfo Romero, el arzobispo
asesinado en 1980. En su primera conferencia de prensa, tras tomar el sábado posesión
del cargo, dijo: "Yo soy de esos sacerdotes que esperamos que se canonice pronto".
El arzobispo Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un escuadrón armado,
mientras oficiaba misa.
Mons. Escobar Alas, durante la homilía de su toma de
posesión, recordó al arzobispo Romero como el "mártir quien tuvo la dicha de unir
su sangre a la de Cristo en la celebración de la santísima eucaristía, sellando de
esta manera el hermoso ejemplo de santidad de toda su vida". Agregó que tener un santo
salvadoreño "sería la más grande dicha de la iglesia de este país y la más grande
bendición que pudiésemos tener". Aclaró que el proceso de canonización incluye "un
examen exhaustivo de la persona que se está canonizando con todas sus enseñanzas y
todas sus obras, sus virtudes" por lo que es importante que la figura no sea utilizada
para cuestiones políticas.
Mons. Romero continúa siendo un icono de la lucha
social en El Salvador por su labor pastoral de denuncia de las atrocidades que la
población civil vivió en los años previos al conflicto armado (1980-1992).
Mons.
José Luis Escobar, abogó también por el fin de la violencia que vive este país centroamericano
con un promedio diario de 12 homicidios. "Yo auguro que este país pase ya su noche
de violencia, y podamos amanecer cada vez más pronto que tarde a un nuevo día de fraternidad",
declaró Escobar, durante una rueda de prensa luego de oficiar la misa dominical en
la catedral metropolitana. "Nuestro país sigue siendo famoso por la violencia, es
uno de los países más violentos del mundo (...); claro que la Iglesia está empeñada,
preocupada, porque disminuya este nivel de violencia en la sociedad nuestra", subrayó.
La
violencia generada por delincuencia y pandillas, se incrementó en El Salvador finalizada
la guerra civil de doce años en 1992, cuando los acuerdos de paz ordenaron la desmovilización
de miles efectivos militares y guerrilleros. Al ambiente de inseguridad, se sumó el
surgimiento de violentas pandillas.
Para el arzobispo, "ya pasó buen tiempo"
desde el fin del conflicto armado en 1992, por lo que considera necesario que el país
inicie "una vida distinta, más pacífica y más bondadosa".
Monseñor Escobar,
quien asumió recientemente la titularidad del arzobispado, indicó que no es aumentando
las cárceles o dictando "medidas más severas" como se va a solucionar el problema
de la violencia. Según el arzobispo, el camino de la solución pasa por "favorecer"
la economía y dictando leyes que "sean más justas". "No pienso que sea la solución
el aumentar las cárceles o con medidas más severas", declaró el nuevo prelado católico,
un día después que los reos del sistema carcelario público se rebelaran pacíficamente
contra las autoridades y se ha pasado de 8 a 12 homicidios diarios.