Ángelus: Benedicto XVI reflexiona sobre el pecado, que nos aleja de Dios y puede provocar
la muerte del alma, y exhorta a recurrir con frecuencia y humildad al Sacramento de
la Confesión
Domingo, 15 feb (RV).- La milagrosa curación de un enfermo de lepra, ha sido el relato
evangélico en el que se ha centrado Benedicto XVI para reflexionar hoy, durante el
Ángelus, sobre la purificación y el pecado, y sobre la necesidad de recurrir frecuentemente
al Sacramento de la Confesión, el Sacramento del perdón, que debe redescubrirse aún
más por su valor e importancia para la vida cristiana.
Como ha explicado el
Santo Padre, “según la antigua ley judía, la lepra estaba considerada no sólo como
una enfermedad, sino como la forma más grave de impureza para el culto. Correspondía
a los sacerdotes la labor de diagnosticarla y declarar al enfermo inmundo, después
de lo cual debía expulsársele de la comunidad y vivir fuera de la población hasta
la eventual y certificada curación.
La lepra, por lo tanto, representaba una
especie de muerte religiosa y civil, y su curación, una especie de resurrección. En
la lepra es posible entrever el símbolo del pecado, que es la verdadera impureza del
corazón, capaz de alejarnos de Dios. De hecho, no es la lepra la enfermedad física
que nos aleja de Dios, como preveían las antiguas normas, sino la culpa, el mal espiritual
y moral.
El Pontífice ha resaltado cómo los pecados cometidos nos alejan
de Dios y, “si no se confiesan humildemente confiando en la misericordia divina, ha
recordado, pueden incluso provocar la muerte del alma”. En este contexto Benedicto
XVI ha recomendado recurrir frecuentemente al Sacramento de la Confesión, “el Sacramento
del Perdón, que debe redescubrirse aún más por su valor e importancia para nuestra
vida cristiana”.
Finalizado el rezo mariano, también hoy el Santo Padre se
ha dirigido en distintas leguas a los fieles presentes en la plaza de san Pedro. Este
ha sido su saludo en español.
Saludo
cordialmente a los peregrinos de lengua española presentes en esta oración mariana,
y a los que se unen a ella a través de la radio y la televisión. Os invito a acoger
la exhortación del Apóstol San Pablo de hacerlo todo, más que por el propio interés,
para la gloria de Dios y el bien de los demás, siguiendo así el ejemplo de Cristo.
Nos acompaña en este camino la intercesión maternal de María Santísima, siempre dócil
a la voluntad del Señor. Feliz domingo.