Audiencia general: apremiante llamamiento del Papa para que cesen los combates en
Sri Lanka, se respeten los derechos humanos, se garanticen las necesidades alimentarias
y médicas de la población, y la libertad de movimiento
Miércoles, 4 feb (RV).- Benedicto XVI ha hecho hoy un "apremiante llamamiento" para
que cesen los combates en Sri Lanka, se respeten los derechos humanos, se garanticen
las necesidades alimentarias y médicas de la población, así como la libertad de movimiento.
"Ante
las noticias del recrudecimiento de la violencia y el creciente número de víctimas
inocentes, hago un apremiante llamamiento para que se respete el derecho humanitario
y la libertad de movimiento de la población, se haga lo posible para garantizar la
asistencia a los heridos y la seguridad de los civiles y se permita satisfacer sus
urgentes necesidades alimentarias y médicas".
La ONU ha denunciado hoy la muerte
de 52 civiles en los duros combates que se registran en el norte de Sri Lanka, país
que conmemora hoy su independencia embarcado en una violenta ofensiva del Ejército
contra la debilitada guerrilla tamil. Un portavoz de la ONU en la isla ha asegurado
que "al menos 52 civiles han muerto en ataques registrados anoche en el sector de
Suranthapuram”, y ha denunciado además un ataque con bombas de racimo contra el último
hospital existente en la zona bajo control de la guerrilla.
Desde inicios de
año, las tropas gubernamentales han desarrollado una intensa ofensiva contra los rebeldes
en la que han logrado hacerse con el control de varios bastiones de la guerrilla.
Los "tigres" se enfrentan al Gobierno de Sri Lanka desde hace más de 25 años para
proclamar un Estado independiente en las áreas donde predomina la etnia tamil, el
norte y este del país.
Catequesis San Pablo es un “ejemplo
apostólico” al que hay que acudir para la “renovación” de la Iglesia y, sus enseñanzas
son además, particularmente preciosas, en clave ecuménica. El Santo Padre ha concluido
con esta consideración la última audiencia general dedicada al Apóstol de las gentes.
Este
ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los
peregrinos de nuestra lengua presentes en el Aula Pablo VI:
Queridos
hermanos y hermanas:
Con la audiencia de hoy sobre
el martirio de San Pablo, damos por terminada la serie de catequesis que durante este
año paulino hemos dedicado a profundizar en la figura del Apóstol.
Escribiendo
a su amigo y colaborador Timoteo, Pablo vislumbra el final de su vida con estas palabras
premonitoras: “Yo estoy a punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente”
(2 Tim 4, 6). El Apóstol tenía ya conciencia de que su servicio al Evangelio estaba
a punto de concluir por medio de su muerte cruenta, de su martirio. Así fue. Según
los distintos estudios de las fuentes antiguas, la condena a muerte del Apóstol debió
producirse en la época de Nerón, entre el año 64 y 68. Fue decapitado en el lugar
conocido como Tre fontane, aquí en la ciudad de Roma y, según estas mismas tradiciones,
su sepulcro se encuentra en la Via Ostiense, donde todavía hoy se levanta la Basílica
de San Pablo Extramuros.
Pero, más allá de los hechos
que determinaron su muerte, San Pablo ha dejado una profunda huella en la tradición
de la Iglesia y una extraordinaria herencia de enseñanzas cristianas. En la actualidad,
como en todas las épocas, encontramos maestros y teólogos, santos y fundadores, que
han bebido y beben de sus escritos y de su ejemplo.
Saludo
a los peregrinos de lengua española, en particular a los fieles de las parroquias
de San Marcos y San Rafael, de Jerez de la Frontera, y de San Francisco de Asís, de
San Fernando. Que la figura siempre luminosa de San Pablo nos ayude también a nosotros
a renovar nuestra vida cristiana. Muchas gracias.
Como siempre el Papa,
antes de finalizar la audiencia, ha saludado a los jóvenes a los enfermos y a los
recién casados. Durante estos días celebramos la memoria litúrgica de algunos mártires,
san Blas, Santa Águeda y San Pablo Miki y compañeros japoneses. La valentía de estos
intrépidos testigos de Cristo os ayude a vosotros, queridos jóvenes, a abrir el corazón
al heroísmo de la santidad; que a vosotros, queridos enfermos, a ofrecer el don precioso
de la oración y del sufrimiento por la Iglesia; y a vosotros queridos recién casados,
la fuerza de imprimir en vuestras familias los valores cristianos perennes.