Febrero: Intención General de Benedicto XVI al Apostolado de la Oración
Domingo, 1 feb (RV).- En este mes de febrero, la intención general que presenta Benedicto
XVI al Apostolado de la Oración es «Para que los Pastores de la Iglesia sean cada
vez más dóciles a la acción del Espíritu Santo en su enseñanza y en su servicio al
pueblo de Dios». Le pedimos al P. Luis Mª Mendizábal, S.J. - que, por encargo de la
Conferencia Episcopal Española, ha dirigido los ejercicios espirituales para Obispos
del pasado mes de enero – que nos ayude a meditar sobre esta intención del Papa:
1. Entre
los desafíos que se presentan en la actualidad, Benedicto XVI ha señalado en varias
oportunidades la dictadura del relativismo y del fundamentalismo laicista. Concretamente,
recordamos, que en su denso discurso, a los participantes en la 35 Congregación General
de la Compañía de Jesús, encabezados por el nuevo prepósito general, el P. Adolfo
Nicolás, el Papa se refirió a los Ejercicios espirituales de san Ignacio. En particular,
el Santo Padre mencionó la meditación «de las dos banderas». E Hizo hincapié en que
«nuestro mundo es teatro de una batalla entre el bien y el mal, y en él actúan poderosas
fuerzas negativas que causan las dramáticas situaciones de esclavitud espiritual y
material de nuestros contemporáneos…»
2. Para luchar contra estas fuerzas,
que se manifiestan hoy de muchas maneras, pero con especial evidencia mediante tendencias
culturales que a menudo resultan dominantes, como el subjetivismo, el relativismo,
el hedonismo y el materialismo práctico, Benedicto XVI ha solicitado a la Compañía
de Jesús «vuestro compromiso renovado de promover y defender la doctrina católica
«en particular sobre puntos neurálgicos hoy fuertemente atacados por la cultura secular».
Y reiteró que «es preciso profundizar e iluminar los temas - hoy continuamente debatidos
y puestos en tela de juicio - de la salvación de todos los hombres en Cristo, de la
moral sexual, del matrimonio y de la familia, en el contexto de la realidad contemporánea,
pero conservando la sintonía con el Magisterio necesaria para que no se provoque confusión
y desconcierto en el pueblo de Dios»