Editorial Octava Dies: La negación del Holocausto es mucho más grave si lo dice un
sacerdote o un obispo
Viernes, 30 ene (RV).- “Que el Holocausto induzca a la humanidad a reflexionar sobre
la imprevisible potencia del mal cuando conquista el corazón del hombre”. Con estas
palabras al final del la audiencia del miércoles 28 de enero, el Papa retomó la profunda
meditación de su discurso en el campo de Auschwitz y esta semana ha sido el tema central
del editorial del padre Federico Lombardi, titulado: “Holocausto y misterio de Dios”.
“No
sólo condenó cualquier forma de olvido y negación de la tragedia del exterminio de
seis millones de judíos, sino que también recordó los dramáticos interrogantes que
estos hechos imponen a la conciencia de cada hombre y cada creyente. Porque es la
misma fe en la existencia de Dios la que viene retada por esta espantosa manifestación
de la potencia del mal. La más evidente para la conciencia contemporánea, aunque no
la única. Benedicto XVI lo ha reconocido claramente en el discurso de Auschwitz, retomando
las preguntas radicales de los salmistas a un Dios que aparece silencioso y ausente”.
“Frente
a este dúplice misterio - la horrible potencia del mal y la aparente ausencia de Dios-
la única respuesta de la fe cristiana es la pasión del Hijo de Dios. Estas son las
cuestiones más profundas y decisivas del hombre y del creyente frente al mundo y a
la historia. No podemos, ni debemos, evitarlas ni negarlas. De otra forma, nuestra
fe es engañosa y vacía. Quien niega el hecho del Holocausto no sabe nada ni del misterio
de Dios, ni de la Cruz de Cristo. Y mucho más grave es si la negación proviene de
los labios de un sacerdote o un obispo, un ministro cristiano, esté o no unido a la
Iglesia católica”.