2009-01-26 17:47:08

Audiencia al embajador de Francia: el Papa subraya la solicitud de la Iglesia por la dignidad inalienable de la vida humana, los más desfavorecidos, y la importancia del impulso del diálogo intercultural e interreligioso, en favor de la paz en el mundo


Lunes, 26 ene (RV).- En su cordial bienvenida al nuevo embajador de Francia, en el acto de presentación de las Cartas Credenciales, Benedicto VI ha reiterado que con «el anhelo de testimoniar a Cristo, poniéndose al servicio de todos los hombres» la Iglesia acepta la invitación a colaborar en las obras que persiguen el bien común. Con especial atención, a la dignidad inalienable de la vida humana y a los más desfavorecidos, impulsando la conversión de los corazones en el compromiso contra topo tipo de violencia, así como el diálogo intercultural e interreligioso, en favor de la paz entre los pueblos del mundo.

Tras evocar con alegría su viaje, del año pasado, a París y a Lourdes, para celebrar el 150 aniversario de las apariciones de la Virgen María a Bernardita Soubirous, el Papa ha recordado las palabras con las que el presidente Sarkozy destacó la aportación de las grandes familias espirituales en Francia como - «una ‘gran riqueza’, de la que sería una ‘locura ‘prescindir’».


«La Iglesia está dispuesta a responder a esta invitación, con su disponibilidad en las obras que persiguen el bien común», ha señalado una vez más Benedicto XVI, refiriéndose luego al gran debate sobre bioética, previsto en Francia para el próximo año. El Papa ha deseado que - con la misma sabiduría, llena de humanidad, con que la comisión parlamentaria sobre el fin de la vida ha propuesto que se multipliquen los esfuerzos para permitir acompañar mejor a los enfermos - se reconozca también «el carácter intangible de toda vida humana, a la hora de revisar las leyes sobre bioética».

En este contexto, el Papa ha hecho hincapié en el importante compromiso y colaboración de los Pastores de la Iglesia en Francia. Recordando asimismo que, por su parte, «recientemente, el Magisterio de la Iglesia – por medio del documento Dignitatis Humanae, publicado por la Congregación para la Doctrina de la Fe – ha querido subrayar cómo los poderosos avances científicos deben estar guiados siempre por el anhelo de servir al bien y a la dignidad inalienable del hombre».

Ante la actual crisis económica mundial, que también el gobierno de Francia debe afrontar, Benedicto XVI ha manifestado su deseo de que «las medidas que se emprendan impulsen la cohesión social y la tutela de los más desfavorecidos, creando oportunidades para que la economía esté verdaderamente al servicio de toda la sociedad, por el bien integral del hombre y para eliminar las antiguas y nuevas formas de pobreza».

«La Iglesia desea testimoniar a Cristo poniéndose al servicio de todos los hombres», ha enfatizado el Papa, añadiendo su satisfacción por el acuerdo firmado, recientemente entre Francia y la Santa Sede, sobre el reconocimiento de los diplomas otorgados por las universidades pontificias y los institutos católicos. Acuerdo que se enmarca en el proceso de Bolonia y que manifiesta la preocupación de la Iglesia en la formación integral de la juventud, impulsando las capacidades técnicas y de conocimiento y teniendo siempre presente la dimensión ética y responsable.

Renovando asimismo su satisfacción por la instancia oficial de diálogo entre el gobierno francés y la Iglesia católica, Benedicto XVI ha recordado también el impulso de los Obispos de Francia en lo que respecta, precisamente, «al diálogo pacífico y permanente con todas las comunidades religiosas y todas las corrientes de pensamiento».

Y, agradeciendo a los Pastores franceses, por su gran labor con el fin de «asegurar las bases de un diálogo intercultural e interreligioso, en el que las diversas comunidades religiosas tengan la oportunidad de mostrar que son factores de paz», el Santo Padre ha reiterado lo que subrayó ante la ONU. «Reconociendo el valor trascendental de todo ser humano, lejos de poner a los hombres los unos contra los otros, ellas favorecen la conversión de los corazones, que conduce a un compromiso contra la violencia, el terrorismo y la guerra. Y en favor de la promoción de la justicia y de la paz» (18 de abril de 2008).

En lo que respecta a las numerosas crisis que marcan la actualidad de la escena internacional, el Papa ha querido recordar también lo que señaló en su reciente discurso al cuerpo diplomático y que es bien conocido. Es decir, que «la Santa Sede sigue con profunda y constante preocupación las situaciones de conflictos y los casos de violación de los derechos humanos, pero confía en que la comunidad internacional - en la que Francia juega un importante papel - pueda aportar una contribución cada vez más justa y eficaz en favor de la paz y de la concordia entre las naciones y en favor del desarrollo de todos los países».

Destacando, también, que este año tendrá lugar la canonización de la beata Jeanne Jugan, fundadora de las Hermanitas de los Pobres, Benedicto XVI ha recordado que «son numerosos los franceses que se sienten en deuda ante el testimonio humilde y firme de la caridad, brindado por las religiosas que han seguidos sus pasos, para servir en particular a los más pobres y ancianos». «Esta canonización – ha subrayado el Papa - manifestará, una vez más, cuán pródiga es la fe viva y cómo la santidad es un bálsamo benéfico sobre las llagas de la humanidad».







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