2009-01-21 15:36:36

Audiencia general: apelando a la responsabilidad de los creyentes en la Semana de Oración para la Unidad de los Cristianos, el Papa pide “hacer visible al mundo el don de la unidad, que hace creíble nuestra fe”


Miércoles, 21 ene (RV).- “Nuestra responsabilidad de creyentes, es la de “hacer visible al mundo el don de la unidad, que hace creíble nuestra fe”. Así lo ha afirmado Benedicto XVI en su catequesis de Benedicto, durante la Audiencia General, hoy dedicada a la Semana de Oración por la Unidad de los cristianos. Además recordando el VI encuentro Mundial de las Familias clausurado el domingo en México, el Papa ha pedido oraciones para que el Señor sostenga a todas las familias.

“Nuestra responsabilidad de creyentes, en camino hacia aquella “plena unidad” que es “la vida y la misión misma de la Iglesia en el mundo”, es la de “hacer visible al mundo el don de la unidad, que hace creíble nuestra fe”. Lo ha afirmado esta mañana Benedicto XVI en el curso de la Audiencia General en el Aula Pablo VI cuya catequesis ha dedicado el Papa a la Semana de Oración por la Unidad de los cristianos, que concluirá el próximo domingo 25 de enero, fiesta de la Conversión de San Pablo.

“La unidad es ante todo un don del Señor”, ha recordado el Papa, según el cual, “sólo saliendo de nosotros mismos y yendo hacia Cristo, sólo en la relación con Él, podremos estar realmente unidos”. El Santo Padre ha exhortado a los fieles a “trabajar y hacer todo lo posible para que se cumpla la unidad entre todos los discípulos de Cristo, para que nuestra mano sea instrumento de la mano unificadora de Dios”.

El futuro del movimiento ecuménico hacia la meta de la plena unidad requiere para el Pontífice “paciencia y perseverancia”. “La razón del movimiento de la unidad es la fidelidad a la vocación de Dios”, ha explicado el Papa, que ha recordado las enseñanzas del Concilio: “No hay verdadero ecumenismo sin conversión interior, porque el deseo de la unidad nace y madura en nosotros mismos en el pleno ejercicio de la caridad”.

El otro gran tema durante la Audiencia General de hoy ha sido el de la familia. ''Que el Señor sostenga a todas las familias, para que en ellas reine la fe viva, el respeto recíproco, el amor sincero y la mutua comprensión”. Ha afirmado Benedicto XVI saludando a los fieles llegados de América Latina, recordando que en Ciudad de México se clausuraba el domingo el VI encuentro Mundial de las Familias bajo el tema: “La familia formadora en los valores humanos y cristianos”.

Tras destacar la importancia del "núcleo familiar como base de de la sociedad", el Pontífice ha encomendado las familias a la protección de la Sagrada Familia de Nazaret. Asimismo, ha exhortado a los fieles católicos a acompañar con la oración los preparativos del VII encuentro de las familias, que se celebrará en 2012 en Milán con el tema: “La familia, el trabajo y la fiesta”.

Los Encuentros Mundiales de la Familia, que tienen como objetivo reforzar la institución familiar y sus lazos en los cinco continentes, comenzaron en 1994 en Roma, coincidiendo con el Año Internacional de la Familia declarado por la ONU, el tema fue: “La familia corazón de la Iglesia y de la humanidad”. El segundo se celebró en Río de Janeiro, en 1997, sobre “La familia, don y compromiso, esperanza para la humanidad”; el tercero en el 2000 tuvo lugar de nuevo en Roma con motivo del Jubileo y se profundizó en “Los hijos, primavera de la familia y de la sociedad”; En 2003, se llevó a cabo en Manila el cuarto, con el tema: “La familia cristina, una buena noticia para el tercer milenio”. Y el quinto, en el 2006, en Valencia para analizar “La transmisión de la fe en la familia”.

Juan Pablo II asistió a los tres primeros. A Manila no pudo ir por su delicado estado de salud. Benedicto XVI, acudió al de Valencia, aunque no al de Ciudad de México, aunque indicó que a pesar de no haber podido acudir en persona, ha seguido de cerca el encuentro y ha participado, sobre todo, rezando.

Este ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en el Aula Pablo VI: RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas:
El domingo pasado comenzó la semana de oración por la unidad de los cristianos, iniciativa espiritual que este año se inspira en las palabras de Ezequiel: “Que sean una sola cosa en tu mano” (37,17). El tema ha sido elegido por un grupo ecuménico de Corea. Del texto del profeta se desprende que el Señor desea que todo su pueblo camine con paciencia y perseverancia hacia la plena comunión. Este compromiso comporta una adhesión humilde a Dios, el cual bendice y hace fecunda esta tarea. No hay ecumenismo verdadero sin una auténtica conversión interior. Que estos días de plegaria nos estimulen hacia esta meta y sirvan también para dar gracias a Dios por el camino que se ha recorrido hasta ahora, continuando el diálogo bajo el impulso de la verdad y la caridad. En este año paulino, sigamos las huellas del Apóstol, que gastó su vida por el único Señor y por la unidad de su cuerpo místico, dando, con su martirio, un testimonio supremo de fidelidad y amor a Cristo.

 
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos venidos de España y Latinoamérica. Después de la celebración en México del VI Encuentro Mundial de las Familias, os invito a dar gracias a Dios por este acontecimiento tan importante y a acompañar con vuestra ferviente oración los preparativos del próximo encuentro, que se celebrará en Milán. Que el Señor sostenga con su gracia a todas las familias, para que en ellas reine la fe viva, el respeto recíproco, el amor sincero y la comprensión mutua. Encomiendo esta intención a la protección de la Sagrada Familia de Nazaret. Muchas gracias.

Como siempre el Papa, antes de finalizar la audiencia, ha saludado a los jóvenes a los enfermos y a los recién casados. Celebramos hoy la memoria litúrgica de santa Inés, virgen y mártir, que a pesar de su juventud afrontó con valentía la muerte por amor del Señor teniendo en ella “los mismos sentimientos de Jesucristo”, el Cordero inmolado y vencedor. Queridos jóvenes, queridos enfermos y queridos recién casados, por intercesión de santa Inés que vosotros viváis vuestra vocación y las concretas condiciones en las que os encontréis como auténticos caminos de santidad.







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