2009-01-19 16:22:21

Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos: “Estarán unidas en tu mano”


Lunes, 19 ene (RV).- Este domingo ha dado inicio la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. “Estarán unidas en tu mano” es el título del mensaje publicado por la Conferencia Episcopal española para dar algunas orientaciones con el fin de celebrar esta semana de unidad, sobre todo en nuestra época en la que el mundo aparece dividido en todos los planos. La Comisión Episcopal de relaciones Interconfesionales firma el documento inspirado en las palabras del profeta Ezequiel quien habla de dos leños a modo de trozos de una vara de mando rota, que el Señor le ordena al profeta unir en su propia mano como signo para la casa de Israel (Ez 37,15-28).

Los prelados españoles recuerdan en este sentido que todos han de tomar en consideración la unidad ya existente entre todos los discípulos de Cristo puesta de relieve en el Concilio Vaticano II. “Tenemos –enumeran los miembros de la Comisión Episcopal de relaciones Interconfesionales- un bautismo común que hemos de esforzarnos todos por reconocer en su verdad y efectos de salvación. Hemos sido bautizados en el nombre de la Santa Trinidad de Dios y configurados con la muerte y resurrección de Cristo, somos verdaderamente hijos de Dios y miembros de la Iglesia una”.

Recientemente los obispos españoles, conscientes de las necesidades espirituales de tantos hermanos nuestros provenientes de las Iglesias orientales, se han propuesto aplicar las orientaciones del Vaticano II, según las cuales “la práctica pastoral demuestra, en lo que se refiere a los hermanos orientales, que se pueden y se deben considerar diversas circunstancias personales en las que ni sufre daño la unidad de la Iglesia, ni hay peligros que se deban evitar, y apremia la necesidad de salvación y el bien espiritual de las almas. Por eso la Iglesia católica, según las circunstancias de tiempos, lugares y personas, usó y usa con frecuencia un modo de actuar más suave, ofreciendo a todos medios de salvación y testimonio de caridad entre los cristianos, mediante la participación en los sacramentos y en otras funciones y cosas sagradas” (Decreto Orientalium Ecclesiarum sobre las Iglesias católicas orientales, n. 26).

Juntamente con estas orientaciones, los obispos españoles en sus diócesis han tomado providencias distintas para que los hermanos orientales no católicos puedan celebrar la Divina Liturgia compartiendo algunos templos expresamente puestos para este delicado cometido, o bien, según sus posibilidades, cediendo algunos locales para el ejercicio del culto y de la acción pastoral, siempre a tenor de las vigentes normativas diversas de las Iglesias hermanas y de la Iglesia Católica.
Los obispos españoles finalizan señalando que han mencionado en anteriores mensajes los importantes pasos que todos hemos dado hacia la unidad visible, “pero nos queda un largo camino hacia la meta; por eso no podemos cejar en el empeño de la oración, cometido indeclinable de todos, tanto de los cristianos particulares que, movidos por el Espíritu Santo y unidos a Cristo, piden al Padre la unidad de la Iglesia, como de las parroquias y comunidades. El Octavario ha de estimular nuestro anhelo de unidad. Que los encuentros que se promuevan con cristianos de otras Iglesias y las asambleas de oración que se organicen no pierdan de vista que la unidad es un don de Dios y que sólo llegará como don, que es preciso suplicar con inmensa confianza en Cristo, que oró para que no le falte a la Iglesia la unidad”.







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