Miércoles, 7 ene (RV).- En un ambiente entristecido por la guerra entre palestinos
e israelíes en la franja de Gaza, la comunidad católica celebró ayer la Epifanía,
la fiesta de los Reyes Magos, en la ciudad natal de Jesús. También era de tristeza
el ánimo entre los cristianos ortodoxos que se disponen a celebrar la Navidad, este
7 de enero, en la Basílica de la Natividad. El custodio de Tierra Santa, el padre
franciscano Pierbattista Pizzaballa, procedente de Jerusalén, junto a una comitiva,
recibió el saludo, en su camino hacia Belén, como es tradición, de palestinos e israelíes,
pero esta vez en medio del silencio.
En esta ocasión, los scouts evitaron
desfilar por respeto a Gaza. Después del canto del "Te Deum", el párroco de la iglesia
de Santa Catalina, que se encuentra junto a la basílica de la Natividad, fray Samuel
Fahim, se dirigió a la asamblea para afirmar que lo que está ocurriendo durante estos
días en su región es muy triste y les permite experimentar lo que está escrito en
el Evangelio cuando tantos niños inocentes fueron masacrados. "Pero, igual que en
aquel tiempo Jesús estaba en medio de ellos, y también lo está hoy –dijo-. Por este
motivo añadió que se dirigen a Él suplicándole que transforme su tristeza en alegría,
y la guerra en paz. Con este espíritu –afirmó textualmente el párroco- queremos vivir
la fiesta de la Epifanía".