El Papa se une a la celebración por la Sagrada Familia de Madrid e implora durante
el Ángelus el fin de la violencia en Tierra Santa y la reanudación de la tregua en
Gaza
Domingo, 28 dic (RV).- Benedicto XVI, en este domingo que sigue a la Navidad del Señor,
durante el rezo del Ángelus en la plaza de san Pedro ha celebrado “con alegría la
Sagrada Familia de Nazaret”. “El contexto -ha dicho el Papa- es el más idóneo, porque
la Navidad es por excelencia la fiesta de la familia”. Lo demuestran tantas tradiciones
y costumbres sociales, especialmente la usanza de reunirse juntos, precisamente en
familia, para las comidas de los días de fiesta y para las felicitaciones y el intercambio
de dones. “¿Y cómo no notar precisamente en estas circunstancias, -ha señalado el
Pontífice- las necesidades y el dolor causados por ciertas heridas familiares que
en estos momentos vienen amplificadas?”.
El Santo Padre ha recordado que “Jesús
ha querido nacer y crecer en una familia humana; ha tenido a la Virgen María como
madre y José ha hecho de padre. Ellos lo han educado con inmenso amor”. “La familia
de Jesús merece en verdad el título de santa -ha afirmado Benedicto XVI- porque su
razón de ser es llevar a cabo la voluntad de Dios, encarnada en la adorable presencia
de Jesús”.
“Por una parte -ha explicado el Papa- es una familia como todas,
y en cuanto tal, es modelo de amor conyugal, de colaboración, de sacrificio, de familia
confiada a la divina Providencia, de laboriosidad y de solidaridad, es decir, de todos
aquellos valores que la familia custodia y promueve, y que contribuyen de manera primaria
en la formación del tejido de la sociedad”.
“Pero al mismo tiempo -ha proseguido
el Pontífice- la Familia de Nazaret es única y distinta a todas, por su singular vocación
unida a la misión del Hijo de Dios”. Precisamente por su unicidad, indica a las demás
familias, y en primer lugar a las familias cristianas, el horizonte de Dios, el primado
dulce y exigente de su voluntad, la perspectiva del Cielo al cual estamos destinados.
Por todo ello, el Papa ha dado gracias a Dios y a la Virgen María y a san José, “que
con tanta fe y disponibilidad han cooperado en el diseño de salvación del Señor”.
Y
para expresar “la belleza y el valor de la familia”, el Santo Padre ha dicho que hoy
se han reunido en Madrid miles de personas para celebrar el don de la familia con
la santa Misa. Y a ellas, antes del Ángelus, se ha dirigido con estas palabras. “Dirijo ahora
un cordial saludo a los participantes que se encuentran reunidos en Madrid en esta
entrañable fiesta para orar por la familia y comprometerse a trabajar en favor de
ella con fortaleza y esperanza. La familia es ciertamente una gracia de Dios, que
deja traslucir lo que Él mismo es: Amor. Un amor enteramente gratuito, que sustenta
la fidelidad sin límites, aún en los momentos de dificultad o abatimiento. Estas cualidades
se encarnan de manera eminente en la Sagrada Familia, en la que Jesús vino al mundo
y fue creciendo y llenándose de sabiduría, con los cuidados primorosos de María y
la tutela fiel de san José”.
Benedicto XVI ha proseguido pidiendo especialmente
al Señor por aquellos que en cada familia tienen mayor necesidad de salud, trabajo,
consuelo y compañía: “Queridas familias,
no dejéis que el amor, la apertura a la vida y los lazos incomparables que unen vuestro
hogar se desvirtúen. Pedídselo constantemente al Señor, orad juntos, para que vuestros
propósitos sean iluminados por la fe y ensalzados por la gracia divina en el camino
hacia la santidad. De este modo, con el gozo de vuestro compartir todo en el amor,
daréis al mundo un hermoso testimonio de lo importante que es la familia para el ser
humano y la sociedad. El Papa está a vuestro lado, pidiendo especialmente al Señor
por quienes en cada familia tienen mayor necesidad de salud, trabajo, consuelo y compañía.
En esta oración del Ángelus, os encomiendo a todos a nuestra Madre del cielo,
la Santísima Virgen María”.
Tras esta alocución en español, el Papa ha
continuado hablando de la institución familiar, recordando que del 14 al 18 de enero,
va a tener lugar en México el VI Encuentro Mundial de las Familias. “Recemos por este
importante evento eclesial -ha dicho el Papa- y confiemos al Señor a todas la familias,
de modo particular las más probadas por las dificultades de la vida y por las plagas
de la incomprensión y las separaciones. Que el Redentor, nacido en Belén, dé a todas
las familias la serenidad y la fuerza de caminar unidas en el camino del bien”.
Benedicto
XVI ha querido volver a Tierra Santa, que en estos días es el centro de todos los
afectos de los fieles, pero que desgraciadamente vuelve a ser escenario devastado
por “una nueva explosión de inaudita violencia”. El Pontífice ha instado a la comunidad
internacional a que ayude a solucionar el conflicto entre israelíes y palestinos,
privilegiando la vía del diálogo y de las negociaciones, con la reanudación de la
tregua en la franja de Gaza.
“Estoy profundamente dolorido por los
muertos, los heridos y por los daños materiales, los sufrimientos y las lágrimas de
las poblaciones víctimas de esta trágica sucesión de ataques y represalias. ¡La patria
terrenal de Jesús no puede continuar siendo testigo de tanto derramamiento de sangre,
que se repite sin fin! Imploro –ha exhortado el Papa- el fin de la violencia, que
es condenable en cualquiera de sus manifestaciones, y la reanudación de la tregua
en la franja de Gaza; pido un esfuerzo de humanidad y de sabiduría en todos aquellos
que tienen la responsabilidad de la situación. Pido a la comunidad internacional que
no cese de intentarlo todo para ayudar a los israelíes y a los palestinos a salir
de este callejón sin salida y a que no se resigne -como dije hace dos días, en el
mensaje Urbi et Orbi- a la lógica perversa de la confrontación y de la violencia,
sino a privilegiar la vía del diálogo y de la negociación. Confiemos a Jesús, Príncipe
de la paz, nuestra ferviente oración por estas intenciones, y a Él, a María y a José,
decimos: ¡Oh familia de Nazaret, experta en sufrimiento, da al mundo la paz”. Dala
hoy sobre todo a Tierra Santa!”.
Después de rezo del Ángelus y el responso
por los fieles difuntos, el Santo Padre ha saludado en distintas lenguas. Éstas han
sido sus palabras en español: “Doy mi bienvenida
a los peregrinos de lengua española que participan en el rezo del Ángelus,
en este domingo en el que celebramos la Sagrada Familia. Pidamos por todas las familias
del mundo para que en sus hogares se viva y transmita la fe, siendo así testigos del
amor en el mundo”. ¡Feliz día del Señor!
En italiano, el Papa ha
recordado que hoy se cumple el centenario del trágico terremoto que devastó la ciudad
siciliana de Messina, destruyéndola por completo y provocando miles de víctimas. “La
población no se dejó abatir superó la tragedia gracias a una extraordinaria solidaridad.
San Pío X, que quiso viajar personalmente a Messina envió ingentes ayudas y hospedó
en Roma a los seminaristas. A distancia de 100 años, Benedicto XVI ha querido enviar
su afectuoso pensamiento a aquella tierra. Asimismo el Papa ha augurado a todos un
sereno fin de año, en la gratitud a Dios por todos sus beneficios.