Miércoles, 24 dic (RV).- Por primera vez la llama que los Scouts hacen partir desde
Belén, también conocida como “la luz de la esperanza”, que se distribuye por Europa
y Estados Unidos, se encuentra en México. La llama llegó al Templo Expiatorio Cristo
Rey, antigua Basílica de Guadalupe, para quedarse encendida toda la Navidad hasta
el 2 de febrero, Fiesta de la Candelaria en la que recordamos que, para cumplir la
ley, María va al Templo de Jerusalén, a los cuarenta días del nacimiento de Jesús.
La llama que los scouts de Austria encienden todos los años en estas fechas en el
mismo lugar donde nació Jesucristo se convierte año tras año en una red de transmisión
de esperanza que abarca diversos países.
La tradición nació en 1990, cuando
dirigentes scouts austriacos emprendieron este gesto que pretende hacer llegar a todos
los hogares una “luz de esperanza”. El acto se fue extendiendo por toda Europa. También,
los scouts de Estados Unidos, viajaron este año para llevar la llama de Belén desde
Austria hasta Nueva York. En Chicago, los mexicanos retomaron la Luz de Belén para
hacerla llegar a México. En su paso por las diversas ciudades la llama ha ido llegando
a diversas comunidades. El rector del Templo Expiatorio Cristo Rey, Mons. Pedro Agustín
Rivera, afirmó que la llama se mantendrá encendida en el monumento de la Villa hasta
el 2 de febrero, día de la Candelaria, para que las familias puedan encontrarla allí
y llevarla a sus hogares.
VI Encuentro Mundial de las Familias Y
siempre en México, el comité organizador del VI Encuentro Mundial de las Familias
– previsto en la ciudad de México a partir del 14 de enero- informa que hasta el momento
han confirmado su asistencia más de 2.000 personas del extranjero provenientes de
más de 45 países del mundo, además de 30 cardenales y 80 obispos. El encuentro también
contará con representantes indígenas. Serán diez las familias indígenas que representarán
a las 54 comunidades originarias y autóctonas de México. Según explicó el padre Juan
Ortiz Magos, secretario de la Comisión de Pastoral Indígena de la Arquidiócesis de
México, “dentro de esta nación existen pueblos indígenas alejados de la sociedad que
tienen el gran tesoro de compartir el amor familiar, aún enfrentándose a la adversidad”.