En un contexto mundial cada vez más difícil Benedicto XVI pide que se tenga en cuenta
a las futuras generaciones y que las estrategias institucionales para combatir la
crisis económica afronten también los problemas de justicia social
Viernes, 19 dic (RV).- Ayer jueves, el Santo Padre recibía las Cartas Credenciales
de 11 nuevos embajadores. Hoy el Papa ha proseguido esta tarea recibiendo asimismo
las Credenciales del nuevo embajador ante la Santa Sede de las Islas Seychelles, Graciano
Luigi Tribaldi. En su discurso Benedicto XVI ha evocado las bellezas naturales y los
numerosos atolones de este archipiélago compuesto de 150 islas situado al noreste
de Madagascar, en el Océano Índico. “Para acrecentar sus potencialidades, su país,
ha dicho el Papa, ha cumplido importantes esfuerzos con el fin de reducir su deuda
externa”.
En un contexto mundial cada vez más difícil, el Pontífice ha querido
saludar estos esfuerzos, “que deben encontrar asimismo -ha subrayado- el apoyo de
las instituciones internacionales, a la medida de serios y de reconocidos compromisos”.
“Es un desafío importante de cara a las generaciones futuras. Sería injusto que los
hombres de hoy se desentendieran de sus responsabilidades haciendo que las consecuencias
de sus preferencias pesaran sobre las generaciones que vendrán después de ellos”.
El Papa ha explicado que “se trata no solamente de sanear la economía, sino
también, y sobre todo, de afrontar la actualización de la justicia social. Es decir,
ajustar las cuentas de la nación, quiere decir ofrecer igualmente un cuadro más seguro
a la actividad económica y proteger mejor a las poblaciones más pobres y vulnerables.
Este objetivo necesita de la cooperación de todos, ha afirmado el Papa. Así
podremos observar de qué manera la armonía social está relacionada no sólo con “un
cuadro legislativo justo y concreto, sino también con la cualidad moral de cada ciudadano,
puesto que “la solidaridad se presenta bajo dos aspectos complementarios: el principio
social y la virtud moral”.
Benedicto XVI ha observado que para suscitar el
sentido durable de la solidaridad, el mejor camino es el de invertir en la educación
de los jóvenes. Sin embargo, esta preocupación por la educación de los jóvenes sería
vana si la institución familiar fuera excesivamente frágil. “Existe una armonía profunda
-ha señalado el Papa- entre las tareas de la familia y los deberes del Estado. Favorecer
entre ellos una feliz sinergia significa obrar eficazmente por un futuro de prosperidad
y de paz social”.
A partir, de la presentación de las cartas credenciales
de esta mañana, la representación diplomática de las Islas Seychelles se convierte
en “nación residente” y tendrá por tanto sede diplomática en Roma.