Cultura y Humanismo: el testimonio de la caridad del beato P. Olallo
Miércoles, 17 dic (RV).- El pasado 29 de noviembre se celebró en Cuba la beatificación
del Siervo de Dios José Olallo Valdés, religioso de la Orden Hospitalaria de san Juan
de Dios. En Camagüey, donde trabajó durante casi toda su vida el nuevo beato, muchas
son las personas que afirman haber contado con la intercesión de Olallo Valdés en
momentos de enfermedad o desconsuelo, como publicó recientemente la Diócesis de Camagüey,
señalando que sin duda la feliz “culpable” de que este religioso hospitalario de la
Orden de San Juan de Dios sea declarado beato es Daniela Cabrera Ramos, la niña del
milagro del Padre Olallo como se la conoce.
Danielita, que tiene hoy doce
años, fue sanada de un cáncer invasivo e irreversible a la tierna edad de tres años.
La diócesis isleña entrevistó a la joven cuyo recuerdo de la enfermedad se limitaba
a lo que su madre contaba: “Mi mamá –explicaba- me contó que estuve muy enferma debido
a un cáncer masivo de abdomen y que los médicos decían que no sobreviviría”.
Cuando
Danielita se enfermó todos en casa, vecinos y amigos rezaban su oración pidiendo que
intercediera ante Jesucristo para que ella no muriera. Pero la joven atribuye su curación
a Jesucristo por la intercesión de uno de sus siervos, el Padre Olallo. Danielita
daba gracias a Dios por “haber sido elegida para un milagro porque en la sala del
hospital había otros muchos niños, tan enfermos como yo, y que murieron”.
El
sobrecogedor testimonio de esta joven nos lleva hoy a recordar la oración que invoca
la intercesión del beato P. Olallo:
Profeso mi fe en Ti ¡Oh Señor! Padre, Hijo
y Espíritu Santo, admirable en tus santos. Tu gracia ha encontrado en el Venerable
Padre Olallo un instrumento dócil de tu bondad y misericordia hacia los pobres y necesitados,
pasando por Camagüey “haciendo el bien a todos y sanando a los enfermos”. Por tu
bondad, Señor, te pido que nos expreses su santidad concediéndonos por su intercesión
tus bendiciones y en particular esta gracia que ahora te pido (Pídase la gracia que
se desee alcanzar). Te lo suplico para honra tuya y glorificación de tu Venerable,
Padre Olallo, nuestro admirado y querido bienhechor. Amén.
En el mensaje que
los obispos cubanos escribieron en ocasión de la beatificación del Padre Olallo, recordaron
que con este don de santidad Dios pedía a los cubanos que se entusiasmaran con su
ejemplo. “Un niño abandonado en la Casa Cuna, un adolescente generoso, un joven enfrentado
a epidemias, un adulto centrado en Dios y en el Evangelio y en el servicio desinteresado
a los pobres y enfermos; un patriota, un anciano incansable que no dejó nunca de servir
ha llegado al cielo”, enumeraban señalando que “también cada uno de nosotros puede
ser santo”.
Asimismo los prelados invitaban a valorar el gran amor con el que
tantos padres y madres cuidan con esmero a sus hijos discapacitados; con el que tantos
buenos hijos cuidan con dedicación a padres o abuelos encamados o en sillas de ruedas;
con el que tantas personas prestan alegre y espontáneamente su ayuda al prójimo.
“¡Que
confiemos en el poder de la oración que sostuvo la vida y obra del Padre Olallo y
a quien nos hemos encomendado ante el paso del último huracán pidiendo se evitaran
daños mayores y más extendidos!”, exhortaban los prelados pidiendo que mientras se
preparan para el Año Jubilar mariano, conmemorativo de los 400 años del hallazgo y
la presencia de la imagen de la Virgen de la Caridad, “anhelamos que el ejemplo de
santidad del Padre Olallo despierte en todos los cubanos el deseo de volverse hacia
Dios y permanecer en El, que afiance en cada uno la decisión de ir con María al encuentro
de Jesucristo pues Él es el rostro del verdadero amor vivido por el Padre Olallo y
que recibe el nombre de caridad, el mismo de nuestra Madre del Cobre, la que nos une
y nos salva como personas y como pueblo”.