“Dignitas Personae”, nueva Instrucción sobre cuestiones bioéticas
Viernes, 12 dic (RV).- Ha sido presentada esta mañana en la sala de prensa del Vaticano
la Instrucción “Dignitas Personae” sobre algunas cuestiones de bioética. El documento
realizado por la Congregación para la Doctrina de la Fe y aprobado por el Papa, quiere
expresar un gran “sí” a la vida humana y a la vez, oponerse positivamente con un “no”
de la humanidad a las violaciones de los derechos humanos, al racismo, a la esclavitud,
a las discriminaciones de mujeres, niños y personas enfermas.
La Iglesia mira
con confianza la investigación científica y reconoce su autonomía, pero llama a todos
los interesados a una responsabilidad ética y moral. Sobre este documento hemos entrevistado
al secretario del dicasterio de la Doctrina de la fe, Mons. Luís Ladaria, que nos
explica las razones de este nuevo documento sobre bioética.
Pues porque
el desarrollo de las ciencias biomédicas constituye sin duda uno de los signos más
característicos de nuestro tiempo. Ya la Congregación para la Doctrina de la Fe intervino
sobre este asunto en el año 1987, con la Instrucción Donum Vitae y entonces ofrecía
los criterios fundamentales para el discernimiento moral sobre las intervenciones
sobre el embrión y las varias formas o diversas formas de fecundación artificial.
En primer lugar, el respeto incondicionado que merece todo ser humano desde su
concepción y, en segundo lugar, el respeto por la originalidad de la transmisión de
la vida humana mediante los actos propios de los cónyuges, del matrimonio. En los
últimos 20 años, las ciencias biomédicas han hecho grandes progresos y han llegado
a conocer mejor las estructuras biológicas del hombre y el proceso de su generación.
Por otra parte, las nuevas tecnologías abren perspectivas nuevas terapéuticas, hasta
ahora desconocidas. Como por ejemplo, las terapias contra la infertilidad o el uso
de las células estaminales adultas. Por otra parte, suscitan muchos interrogantes
de naturaleza antropológica y ética. Si pensamos por ejemplo en congelar, en la selección,
en la destrucción de miles de embriones, en los intentos de clonación humana, o en
las investigaciones sobre las células estaminales embrionarias. Estas temáticas interesan
no solamente a algunos médicos e investigadores, no solamente a ellos, interesan también
a… son divulgadas ampliamente por los medios de comunicación social y por tanto provocan
esperanzas, provocan dudas, en sectores vastos de la opinión pública. Y por eso hace
falta que los legisladores a veces tomen posición sobre estas cuestiones. Ya en el
año 2002 la Congregación para la Doctrina de la Fe decidió iniciar un estudio más
profundo, más detallado, acerca de las nuevas cuestiones de la bioética para poner
al día las enseñanzas de Donum Vitae, que, como hemos dicho ya, data del año 1987.
¿Cuál es el objetivo de la Instrucción? La finalidad de esta
Instrucción es promover la formación de las conciencias – dice directamente la Instrucción
misma – En un campo que no solamente tiene que ver con las técnicas biomédicas, sino
que también tiene repercusiones inmediatas para la concepción de la misma vida humana
y del papel insustituible del matrimonio en la transmisión de la vida. Con esta intervención
el magisterio no interviene directamente en el ámbito de la ciencia médica pero quiere
llamar la atención, a todos los interesados a la responsabilidad ética y social de
su trabajo, de su operación. Quiere animar para que se haga una investigación biomédica
que realmente sea respetuosa de la dignidad de todo ser humano y de la procreación
humana.
¿Cuál es el valor doctrinal del documento? Es una Instrucción
de naturaleza doctrinal emanada por la Congregación para la Doctrina de la Fe y expresamente
aprobada por el Santo Padre. Por consiguiente, pertenece a los documentos de la Congregación
para la Doctrina de la Fe que participan del magisterio ordinario del Sucesor de Pedro.
Por tanto esto es magisterio ordinario del Papa y estos documentos tienen que ser
acogidos por parte de los fieles con ‘asenso religioso’. ‘Asenso religioso’ es un
término técnico que se usa en teología para explicar el grado de obligación para
el fiel de reconocer, de aceptar en su espíritu estos documentos.
Una palabra
sobre la estructura del documento. Sí. Tiene
tres partes. La primera recuerda aspectos antropológicos, teológicos y éticos fundamentales.
La segunda parte trata de los problemas nuevos que tienen referencia, que se refieren
a la procreación. Y la tercera examina algunas propuestas terapéuticas nuevas que
comportan la manipulación del embrión o del patrimonio genético humano. Además de
estas tres partes, hay una breve introducción, que explica la naturaleza, la finalidad,
de este documento y además una conclusión que resume el ‘mensaje central’.
Y
¿cómo se podría resumir el ‘mensaje central’ de este documento? Este mensaje
central se puede resumir con las palabras del título, que son palabras programáticas:
“Dignitas personae” – La dignidad de la persona – Esa dignidad se debe reconocer a
todo hombre desde la concepción hasta la muerte natural. Este principio fundamental
expresa un sí a la vida humana que debe ser colocado en el centro de la reflexión
ética sobre la investigación biomédica. Confirmando este principio la Iglesia quiere
defender a los pobres del mundo a los cuales pertenecen los seres humanos que todavía
no han nacido. Porque el clamor de la Iglesia es siempre el clamor evangélico en defensa
de los pobres del mundo, de todos aquellos que son amenazados, despreciados, etc.
En este caso, de los no nacidos que son también – muchas veces se olvida – pobres,
despreciados y olvidados. Y por tanto el documento quiere animar a la investigación
biomédica en el respeto de la libertad de la dignidad de todo ser humano y la dignidad
de la procreación. Y a la vez quiere excluir – como ilícitas – ciertas tecnologías
biomédicas y, bueno, esto probablemente, pues llevará consigo pues la acusación de
que este documento contiene demasiadas prohibiciones, pero es bueno decir ante tales
acusaciones que se pueden prever que la Iglesia no quiere decir ‘no’. Quiere decir
‘sí’ y siente el deber de dar voz a los que no tienen voz. En este caso a los seres
humanos todavía no nacidos. Y por eso, dice el documento, que detrás de cada uno de
los ‘no’ hay un ‘sí’ al reconocimiento de la dignidad y del valor inalienable de todo
ser humano, que es siempre singular, que es siempre irrepetible. Y eso es una cosa
muy importante desde el punto de vista de la antropología cristiana.