Mensaje del presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales en
la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe
Viernes, 12 dic (RV).- Como cada año con motivo de la fiesta de Nuestra Señora de
Guadalupe, patrona de América, les ofrecemos el tradicional mensaje que cada año dirige
el presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, Mons. Claudio
María Celli.
SALUDO
DE S.E. CLAUDIO MARÍA CELLI A LA RIIAL Y LOS COMUNICADORES CATÓLICOS DE AMÉRICA LATINA
Al
celebrar con alegría la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de América
y a la cual la RIIAL renueva continuamente su consagración, deseo enviarles un saludo
fraterno y sincero a todos los hombres y mujeres que sirven a la Iglesia con el carisma
de la comunicación, y compartir con ustedes algunas reflexiones ahora que los Obispos
han lanzado la Misión continental que orientará radicalmente la actividad pastoral
presente y futura de nuestras comunidades.
Este
año la Iglesia Católica ha vivido un momento muy importante durante el Sínodo de la
Palabra en la vida y la misión de la Iglesia. Este Sínodo nos ha recordado vívidamente
que Dios se ha revelado a nosotros como Amor de manera plena en Cristo, y que toda
misión evangelizadora es comunicación, como lo es la Iglesia misma. Por lo tanto corresponde
a todos –como discípulos y misioneros- ser expertos comunicadores de esa Palabra que
hemos recibido en nuestros corazones. Pero resulta que nos encontramos, justamente
en el ámbito de la comunicación, en un proceso de aceleración nunca visto. Los medios
de masas ya no actúan aislados; se entrelazan y potencian en el mundo virtual creado
por Internet, incluyendo a las pequeñas pantallas que reciben y emiten contenidos
desde cada hogar y hasta desde la palma de la mano. Incluso en sectores sociales con
carencias importantes, se multiplica el uso del teléfono móvil como nueva ventana
al diálogo social. Los cambios en este campo nos interpelan. Es urgente
incluir a los que no participan en este diálogo, y también actuar como puentes entre
las generaciones: las que han nacido y crecido en el mundo de la palabra y el texto,
y los llamados “nativos digitales”, que ya no comprenden modelos anteriores y han
de ser también alcanzados por la Palabra del Señor. Por eso resulta particularmente
oportuno el tema que el Papa Benedicto XVI ha elegido para la Jornada Mundial de las
Comunicaciones Sociales 2009: “Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una
cultura de respeto, de diálogo, de amistad”.
La
Iglesia no sucumbe a la fascinación de la tecnología en sí misma, por muy atractiva
que pueda resultar, pero tampoco le teme a ese fruto de la creatividad humana, tan
digna de aprecio. Como seguidores del Señor centramos nuestra atención en las personas,
en las familias, en las comunidades, y en todo aquello que pueda favorecerlas en el
camino de la paz, la justicia, el amor y el encuentro con Dios. Así, a ejemplo de
San Pablo de Tarso, el gran comunicador que usó los medios de su tiempo, asumimos
en cada caso la tecnología adecuada sin servidumbres, con libertad y valentía, actuando
como agentes de sentido y servidores de nuestros hermanos en esta nueva cultura. Cualquiera
que sea el medio en que trabajamos, aprovechemos las oportunidades que la propia tecnología
nos da para hacerlo en red, estableciendo vínculos de colaboración con otras iniciativas
eclesiales que, con sus particulares carismas, están al servicio del mismo y alto
objetivo: poner al Señor Jesucristo en el corazón de la sociedad de la información.
La integración entre nosotros no significará uniformidad, sino la hermosa y múltiple
armonización de nuestros esfuerzos.
Que en este
tiempo de Adviento y en la próxima Navidad del Señor, Nuestra Señora de Guadalupe,
excelsa comunicadora, siga amparando nuestra vida personal y profesional.