Sábado, 6 dic (RV).- El editorial “Octava Dies”, del director de nuestra emisora,
padre Federico Lombardi, está hoy dedicado a la Convención internacional que prohíbe
las bombas de racimo, firmada el pasado 3 de diciembre en Oslo. Un centenar de países
ratificaron el tratado el cual pretende acabar con el uso, fabricación, distribución
y almacenamiento de las bombas de racimo también llamadas “de fragmentación”.
«En
días pasados, la Santa Sede firmó en Oslo la Convención contra las bombas de racimo,
tristemente famosas no sólo por las víctimas que causan también entre las poblaciones
civiles, sino también por las inmensas cantidades de minas que quedan sin estallar
sobre el terreno y que, a lo largo de los años, siguen causando más víctimas inocentes.
La Santa Sede ha trabajado activamente, desde el primer momento, en esta ‘batalla
de paz’, habiendo integrado el grupo de los primeros seis países que la promovieron
en ámbito internacional. Es un signo de un compromiso concreto en lo que concierne
al desarme».
«En su discurso, con motivo de la firma, el secretario para las
Relaciones con los Estados, Mons. Mamberti, señaló que - también en la actual coyuntura
de crisis económica y financiera - ‘los balances y gastos militares siguen, lamentablemente,
aumentando de forma alarmante’. Ello a pesar de que la Santa Sede sigue brindando
su constante contribución para el fortalecimiento y la ampliación del derecho humanitario
internacional, coherentemente con el gran mensaje presentado por Benedicto XVI a las
Naciones Unidas, en ocasión de su viaje a Nueva York. Un largo camino, siempre al
servicio de la vida y de la dignidad humana de la persona».