Comienza la visita del Catholicós de la Iglesia Armenia Apostólica de Cilicia a la
Iglesia de Roma, con una solemne celebración ecuménica, presidida por Benedicto XVI
y Aram I, en la que se ha rezado por la paz del mundo
Lunes, 24 nov (RV).- Con una celebración ecuménica, presidida por Benedicto XVI y
su Santidad Aram I, ha dado comienzo de forma solemne la visita del Catholicós de
la Iglesia Armenia Apostólica de Cilicia a la Iglesia de Roma. En este intenso momento
de oración - en que se ha rezado también por la paz del mundo - y que ha tenido lugar
en la capilla dedicada a la Madre del Redentor, en el Palacio Apostólico, el Obispo
de Roma ha acogido al Catholicós armenio y a los obispos de su séquito, renovando
su gran afecto en el Señor, su profunda gratitud por esta visita y su anhelo de que
estos días, que transcurrirán en Roma, sean un nuevo impulso en el importante camino
ecuménico.
Destacando que este encuentro se enlaza en continuidad con la visita
que el mismo Catholicós realizó, en 1997, a su amado predecesor el Papa Juan Pablo
II y con otros numerosos contactos y visitas, que con la gracia de Dios, mantienen
las Iglesias católica y la armenia, Benedicto XVI se ha referido a la peregrinación
de esta tarde, en el marco de este Año Paulino ante la tumba del Apóstol, en la Basílica
de San Pablo:
«En esta oración estaréis unidos a la gran multitud de santos
y mártires armenios, maestros y teólogos, cuya herencia de santidad y logros misioneros
son parte del patrimonio de la Iglesia entera. Pensamos en san Nerses Shnorkhali y
san Nerses de Lambon, que siendo obispo de Tarso, fue conocido como ‘el segundo Pablo
de Tarso’. Testimonio que en el siglo XX culminó con un tiempo de indecible prueba
y sufrimiento para vuestro pueblo».
«La fe y la devoción del pueblo armenio
han estado sostenidas siempre por la memoria de numerosos mártires que han brindado
su testimonio del Evangelio a lo largo de los siglos», ha reiterado el Santo Padre,
haciendo hincapié en el anhelo de que «la gracia de este testimonio siga impulsando
la cultura de los armenios e inspirando en los seguidores de Cristo una confianza
cada vez mayor en la salvación y en el poder de la Cruz». En el contexto ecuménico,
Benedicto XVI ha subrayado el importante compromiso de la Sede de Cilicia y la activa
presencia de los delegados armenios en el diálogo entre las Iglesias orientales ortodoxas
y la católica:
«Debemos tener la esperanza de que este diálogo prosiga con
renovado impulso, esclareciendo los temas teológicos que nos dividieron en el pasado
y que ahora se presentan abiertos a un mayor consenso. Confío en que el actual trabajo
de la Comisión Internacional – sobre el tema ‘Naturaleza, Constitución y Misión de
la Iglesia’ – pueda impulsar concretamente nuestro diálogo teológico para encontrar
su propio contexto y resolución».
Benedicto XVI ha puesto de relieve, una vez
más, la importancia de que los católicos y los armenios se unan para seguir impulsado
un mayor entendimiento, respeto y cooperación, gracias al diálogo ecuménico, para
proclamar el Evangelio en nuestro tiempo:
«Una comprensión y un aprecio crecientes
de la tradición apostólica que compartimos contribuirá a un mayor y efectivo testimonio
de los valores espirituales y morales, sin los cuales no puede existir un orden social
verdaderamente justo y humano. Por esta razón, confío en que se encontrarán nuevos
medios para dar expresión y cumplimiento a las declaraciones comunes que hemos firmado
hasta el momento».
El Obispo de Roma ha asegurado asimismo sus oraciones y
preocupación por los pueblos del Líbano y de Oriente Medio, junto con su pesar por
las persecuciones y violencias contra los cristianos también en otras partes del mundo:
«Santidad,
no puedo dejar de asegurar mis oraciones diarias y mi profunda preocupación por el
pueblo del Líbano y de Oriente Medio ¿Cómo no podemos estar afligidos por las tensiones
y conflictos que siguen frustrando todos los esfuerzos que anhelan promover la reconciliación
y la paz, en todos los niveles de la vida política y civil en esta región? Recientemente
todos nos hemos sentidos apesadumbrados por la escalada de persecución y violencias
contra los cristianos en Oriente Medio y en otras regiones. Sólo cuando los países
implicados puedan determinar su propio destino y los diversos grupos étnicos y las
comunidades religiosas se acepten y respeten plenamente, se podrá construir la paz
sobre los cimientos sólidos de la solidaridad, la justicia y el respeto de los derechos
legítimos de los individuos y de los pueblos».
La visita del Catholicós de
la Iglesia Armenia Apostólica de Cilicia a la Iglesia de Roma terminará el próximo
jueves, 27 de noviembre. Esta mañana, antes de la celebración ecuménica, su Santidad
Aram I ha visitado la Basílica de San Pedro y se ha detenido en oración ante la tumba
del Siervo de Dios Juan Pablo II y, luego, ante la estatua de san Gregorio el Iluminador,
que se encuentra en una hornacina exterior de la misma Basílica.