Ángelus: Benedicto XVI recuerda el 75 aniversario del Holodomor, la gran hambruna
programada que en sólo dos años causó millones de muertos en Ucrania y en otras regiones
de la Unión Soviética durante el régimen comunista
Sábado, 23 nov (RV).- Benedicto XVI ha recordado esta mañana, durante el Ángelus,
el 75 aniversario del Holodomor, la gran hambruna programada que en sólo dos años,
1932 y 1933, causó millones de muertos en Ucrania y en otras regiones de la Unión
Soviética durante el régimen comunista. El Santo Padre ha evocado este castigo planificado
por el régimen soviético para desear que “ningún ordenamiento político pueda nunca
más negar los derechos del ser humano y su libertad y dignidad, en nombre de una ideología”.
Además de asegurar sus oraciones por todas las víctimas inocentes de aquella inmensa
tragedia, el Papa ha invocado la intercesión de la Madre de Dios para que ayude a
las naciones a proseguir por el camino de la reconciliación y construir el presente
y el futuro sobre el respeto recíproco y la búsqueda sincera de la paz.
Precisamente
ayer delegaciones de 44 países conmemoraron en la capital de Ucrania este 75 aniversario
de la hambruna estalinista. Todavía hoy en día se discute sobre el número de víctimas
de un “un proyecto inhumano llevado a cabo con fría determinación por quienes ejercían
el poder en aquella época”, como lo definió Juan Pablo II. Un baile de cifras que
oscila desde los 10 a los 7 millones de ucranianos muertos de hambre. Desatada en
medio de la colectivización forzada del campesinado, el holodomor siguió a la confiscación
casi total de las reservas de trigo y se acompañó con el aislamiento de regiones enteras
para que su población no pudiese huir a zonas menos castigadas.
Benedicto XVI
ha hablado hoy, durante su alocución previa a la oración mariana de la página del
Evangelio de hoy, que insiste precisamente en la realeza universal de Cristo juez,
con la estupenda parábola del juicio final, que san Mateo ha ubicado inmediatamente
antes de la narración de la pasión.
“Las imágenes son simples, el lenguaje
es coloquial, pero el mensaje es extremamente importante: es la verdad de nuestro
último destino y sobre el criterio con el seremos juzgados. ‘Tuve hambre y me disteis
de comer, tuve sede y me disteis de beber, era extranjero y me acogisteis’. ¿Quién
no conoce esta página? Forma parte de nuestra civilización. Ha plasmado la historia
de los pueblos de cultura cristiana: la jerarquía de valores, las instituciones, las
múltiples obras benéficas y sociales. En efecto, el reino de Cristo no es de este
mundo, pero conduce al cumplimiento de todo el bien que, gracias a Dios, existe en
el hombre y en la historia. Si ponemos en práctica el amor por el prójimo, según el
mensaje evangélico, entonces damos espacio al señorío de Dios, y su reino se realiza
entre nosotros. Si, por el contrario, cada uno piensa en sus propios intereses, el
mundo sólo podrá ir a la ruina”.
El Santo Padre ha querido resaltar que el
reino de Dios no es una cuestión de honores y apariencias, sino, como escribe san
Pablo, es “justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo”. El Señor desea nuestro bien
y especialmente que sus hijos más pequeños puedan participar en el banquete que él
ha preparado para todos. Por esta razón, el Pontífice, ha reprochado la hipocresía
de quienes rezan mecánicamente al Señor y después no cumplen sus mandamientos. “En
su reino eterno – ha añadido Benedicto XVI- Dios acoge a cuantos se esfuerzan día
a día por poner en práctica su palabra”.
En la acostumbrada cita dominical
Benedicto XVI ha recordado también la beatificación mañana en Nagasaki de 188 mártires
japoneses, hombres y mujeres, asesinados en la primera parte del siglo 17. En esta
circunstancia, tan significativa para la comunidad católica y para todo el país del
Sol Naciente, el Papa ha asegurado su cercanía espiritual.
En este mismo contexto,
el Pontífice ha recordado también la beatificación, el próximo sábado en Cuba, del
hermano José Olallo Valdés, de la Orden Hospitalaria de san Juan de Dios, y ha confiado
al pueblo cubano, especialmente a los enfermos y a los agentes sanitarios, a su celeste
protección. Y esta próxima ceremonia ha sido el contenido de su saludo en español
a los fieles presentes en la oración mariana del Ángelus.
Saludo con
afecto a los fieles de lengua española, y de modo muy especial a los Pastores y fieles
cubanos, que el próximo sábado celebrarán en Camagüey la beatificación del Padre José
Olallo Valdés. Que el ejemplo y la intercesión del nuevo Beato ayude a la Iglesia
en su misión evangelizadora, y conceda una renovada vitalidad apostólica a todos los
cubanos que se glorían de ser discípulos y misioneros de Jesucristo.