2008-11-13 13:41:22

Al recibir al nuevo embajador de la República San Marino ante la Santa Sede, el Papa afirma que favorecer el diálogo y facilitar el entendimiento entre las autoridades y la comunidad católica de este Estado, resultará útil para una común acción en favor de la solidaridad y de la paz en Europa y en el mundo


Jueves, 13 nov (RV).- Al dar su cordial bienvenida al Sr. Sante Canducci, nuevo Ministro extraordinario y plenipotenciario de la antigua e ilustre República de San Marino ante la Santa Sede, el pensamiento del Pontífice se dirigió a los Serenísimos Capitanes Regentes, de los cuales el nuevo diplomático ha sido elegido su alto Representante, y a la entera población sanmarinense, desde siempre querida al Sucesor de Pedro.

En efecto, el Papa recordó que la República del Titano, desde su nacimiento, mantuvo con la Sede Apostólica serenas y proficuas relaciones, formalizadas oficialmente en 1926, con vínculos de recíproca y respetuosa interacción. Por tanto, Benedicto XVI afirmó que le es grato renovar su cercanía espiritual al pueblo que el Sr. Canducci representa desde hoy, un pueblo pequeño por la extensión territorial en que reside, pero digno de toda atención y respeto por su historia, rica de tradiciones culturales y religiosas.

Además, al saludar al Ministro, el Papa recordó con sincera gratitud a su benemérito predecesor, el Prof. Giovanni Galassi, quien durante muchos años desarrolló de modo encomiable su papel de representante de la República de San Marino y el de Decano del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede. Benedicto XVI dijo de él que la sensibilidad, el tacto humano y la competencia que han caracterizado su actividad le han procurado la estima de sus colegas diplomáticos y, sobre todo, han contribuido a intensificar las ya cordiales relaciones entre la República de San Marino y la Santa Sede.

De ahí que el Papa manifestara la seguridad de que sobre la misma huella el nuevo diplomático proseguirá el camino ya comenzado, porque la consolidación de las proficuas relaciones recíprocas, además de favorecer el diálogo y facilitar el entendimiento entre las autoridades y la comunidad católica de San Marino, resultará útil también para una común acción en favor de la solidaridad y de la paz en Europa y en el mundo. Además, Benedicto XVI afirmó que cada nación y cada institución, por pequeña o grande que sea, está llamada a trabajar activamente para construir una comunidad internacional basada en los compartidos valores humanos y espirituales. Y añadió textualmente:

A este proyecto de amplitud mundial, la República de San Marino ciertamente no dejará de dar su contribución, poniendo a disposición de todos la experiencia de un pasado rico de historia y de cultura, en la que sobresale la tutela de la familia, célula fundamental de cada comunidad. La que es conocida como el Espolón del Titano es tierra marcada por una peculiar identidad que se inserta en la riqueza cultural y espiritual de la Península italiana.

Y añadió que el punto que cualifica semejante identidad es el antiguo patrimonio de valores que en gran parte trae la linfa de la fe cristiana, que ha imbuido la vida y la historia de la gente y de las instituciones sanmarinenses. Además, el Papa dijo que valorar la herencia greco-romana, enriquecida por el encuentro con el cristianismo, constituye una indudable oportunidad ofrecida también a la República de San Marino para contribuir a que Europa sea tierra de diálogo y “casa común” de naciones con sus específicas características culturales y religiosas. Y si bien destacó que las condiciones ambientales y sociales en las que vivimos han cambiado; permanece sin embargo inalterado el objetivo último de cada compromiso personal y comunitario; a saber la búsqueda del auténtico bienestar de la persona y la construcción de una sociedad abierta a la acogida y atenta a las reales exigencias de todos

Por último, aludiendo a la “sana” laicidad del Estado, el Papa dijo que comporta que cada realidad temporal se rija según normas propias, las cuales sin embargo no deben descuida las fundamentales instancias éticas cuyo fundamento reside en la naturaleza misma del hombre, y que precisamente por esta razón se remontan en último análisis al Creador. Porque como dijo Benedicto XVI “cuando la Iglesia católica -a través de sus legítimos pastores- proclama el valor que tienen esos fundamentales principios éticos -enraizados en la herencia cristiana de Europa- para la vida privada y más aún para la vida pública, sólo está movida por el deseo de garantizar y promover la inviolable dignidad de la persona y el auténtico bien de la sociedad”.

Su Santidad se despidió del embajador de San Marino asegurándole la plena disponibilidad de sus colaboradores y formulando votos para que pueda desarrollar bien su alta misión. Mientras renovó a los Serenísimos Capitanes Regentes y al pueblo de la amada República de San Marino, su saludo y su oración, para que Dios proteja y bendiga a cada uno.







All the contents on this site are copyrighted ©.