Ángelus: El Papa pide que los horrores del nazismo no se vuelvan a repetir, al mismo
tiempo que recuerda a los millones de refugiados por el conflicto en el Congo, y no
olvida a las personas que sufren hambre en el mundo
Domingo, 9 nov (RV).- Benedicto XVI ha presidido el rezo mariano del Ángelus ante
miles de peregrinos reunidos esta mañana en la plaza de san Pedro del Vaticano, a
quienes ha recordado un triste aniversario que hoy se conmemora. Se trata del 70º
aniversario de la noche del 9 y 10 de noviembre de 1938, cuando se desencadenó en
Alemania, la furia nazi contra los judíos. Esa noche, fueron atacadas y destruidas
tiendas, oficinas, casas y sinagogas, fueron asesinadas numerosas personas, dando
inicio a la sistemática y violenta persecución de los judíos alemanes, que concluyó
con la Shoah.
“Todavía hoy siento dolor por lo ocurrido en esta trágica circunstancia,
cuya memoria tiene que servir para hacer que tales horrores no se vuelvan a repetir
nunca más, y que nos comprometamos –a todos los niveles ha dicho el Papa- a acabar
con toda forma de antisemitismo y de discriminación, educando, sobre todo a las generaciones
jóvenes, en el respeto y en la acogida recíproca”. Asimismo Benedicto XVI ha invitado
a rezar por aquellas víctimas y “a que os unáis a mí al manifestar profunda solidaridad
al mundo judío”.
El Santo Padre ha realizado también un llamamiento por la
República Democrática del Congo para que se ponga fin a la violencia desencadenada
tras los sangrientos enfrentamientos armados que han dejado numerosas víctimas en
la región de Kivu Norte. De hecho, se calcula que los prófugos en esta zona sean un
millón y medio de personas, a todos ellos el Papa ha expresado su particular cercanía,
mientras ha animado y bendecido a cuantos están trabajando para aliviar sus sufrimientos,
en particular ha recordado a los responsables de las iglesias locales.
A las
familias “privadas de sus seres queridos” el Papa les ha enviado su pésame y les ha
asegurado su oración de sufragio. Por último, el Pontífice ha renovado su llamamiento
para que “todos colaboren en el restablecimiento de la paz en esa tierra martirizada
desde hace mucho tiempo, en el respeto de la legalidad y sobre todo, de la dignidad
de toda persona”.
Tras expresar su cercanía a la población judía y a la de
la República Democrática del Congo, el Papa ha recordado que hoy en Italia se celebra
la Jornada de Acción de Gracias bajo el tema: “He tenido hambre y me habéis dado de
comer”. Benedicto XVI se ha unido a los obispos italianos que, a partir de las palabras
de Jesús, llaman la atención sobre el problema del hambre, agravado por el aumento
del precio de algunos los alimentos básicos.
“La Iglesia, mientras propone
retornar al principio ético fundamental de destinar universalmente los bienes, lo
pone en práctica, siguiendo el ejemplo del Señor Jesús, con múltiples iniciativas.
Rezo por el mundo rural –ha exhortado el Papa- especialmente por los pequeños campesinos
de los países en vías de desarrollo. Animo y bendigo a cuantos se comprometen para
que a nadie le falte una alimentación sana y adecuada: quien socorre al pobre socorre
al propio Cristo”.
Y en su alocución antes del rezo mariano del Ángelus, el
Papa ha recordado que hoy se celebra la dedicación de la Basílica Lateranense, llamada
“madre de todas las iglesias de la Urbe y del Orbe”. Esta Basílica fue la primera
construida tras el edicto del emperador Constantino que, en el año 313, concedió a
los cristianos la libertad de practicar su religión. El mismo emperador donó al Papa
Melquíades la antigua posesión de la familia Letrán e hizo edificar la Basílica, el
Baptisterio y la residencia del obispo de Roma, donde los Papas vivieron hasta el
periodo de Aviñón.
La dedicación de la Basílica, ha explicado el Santo Padre,
fue celebrada por el Papa Silvestre hacia el año 324, y el templo fue dedicado al
Santísimo Salvador. Solamente, pasado el siglo VI, se añadieron los títulos de los
santos Juan Bautista y Juan Evangelista, de ahí su denominación común. Al inicio esta
celebración estaba ligada a la ciudad de Roma, pero a partir de 1565, se extendió
a todas las iglesias de rito romano que, como afirma san Ignacio de Antioquia, “preside
a la caridad” de la entera comunión católica.
“La palabra de Dios en esta solemnidad
–ha proseguido Benedicto XVI- evoca una verdad esencial: el templo de ladrillos es
símbolo de la Iglesia viva, la comunidad cristiana, que ya los apóstoles Pedro y Pablo,
en sus cartas, consideraban como edificio espiritual, construido por Dios con las
piedras vivas que son los cristianos, sobre un único fundamento que es Jesucristo,
considerado asimismo piedra angular”.
La belleza y la armonía de las iglesias,
destinadas a rendir alabanzas a Dios, nos invita también a nosotros como seres humanos,
“limitados y pecadores”, a convertirnos “para formar un cosmos, una construcción bien
ordenada, en estrecha comunión con Jesús, que es el verdadero Santo de todos los santos”.
Benedicto
XVI ha finalizado señalando que entorno a las piedras vivas de la Iglesia, se edifica
en la verdad y en la caridad: “Queridos amigos, la fiesta de hoy celebra un misterio
siempre actual: es decir, que Dios quiere edificar en el mundo un templo espiritual,
una comunidad que lo adore en espíritu y verdad. Pero la celebración de hoy recuerda
también la importancia de los edificios materiales, en los cuales las comunidades
se reúnen para celebrar la alabanza a Dios. Por lo tanto, cada comunidad, tiene el
deber de custodiar con esmero los propios edificios sagrados, que constituyen un precioso
patrimonio religioso e histórico”.
Y tras el rezo mariano del Ángelus y el
responso por los fieles difuntos, el Santo Padre ha saludado a los presentes en varios
idiomas, éstas han sido sus palabras en español: “Saludo cordialmente
a los peregrinos de lengua española presentes en esta oración mariana, en particular
a los fieles de la Parroquia de la Virgen de la Paloma de Madrid. En la fiesta de
la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, os invito a incrementar vuestro
amor a la Iglesia, sintiendo el gozo de ser miembros vivos de ella y colaborando con
generosidad en la misión evangelizadora que Jesucristo le confió. Feliz Domingo. Muchas
gracias”.