El Papa recibe al nuevo embajador de la República de China en Taiwán y subraya el
trabajo de la Santa Sede en el diálogo entre los pueblos y su apoyo a los avances
en las relaciones entre Taipei y Pekín
Sábado, 8 nov (RV).- La Santa Sede trabaja por el diálogo entre los pueblos y apoya
los nuevos avances en las relaciones entre Taipei y Pekín. Así lo ha manifestado el
Santo Padre al nuevo embajador de la República de China en Taiwán con motivo de la
presentación de las cartas credenciales y ha dirigido un saludo particular al nuevo
presidente Ying-jeou Ma, primer católico elegido en el cargo más alto del estado de
Taiwán. Benedicto XVI también le ha manifestado al diplomático que “Un dialogo franco
y constructivo” es “la clave par resolver los conflictos que amenazan la estabilidad
de nuestro planeta”.
La Iglesia católica, ha afirmado el Pontífice, “desea
promover soluciones pacíficas ante discusiones de cualquier tipo, atendiendo y animando
asimismo a las señales más débiles de dialogo o de deseo de reconciliación”. Por esto,
la Santa Sede “sostiene los esfuerzos de los gobiernos para que se conviertan en
convencidos defensores de la dignidad humana y valientes constructores de paz”.
El
Papa ha alabado el compromiso del gobierno de Taipei en favor de las naciones pobres
y su contribución “para la construcción de un mundo más estable y seguro”. Y ha subrayado
que la Santa Sede se alegra de “trabajar junto a cuantos buscan promover la paz, la
prosperidad y el desarrollo”.
Después el Papa ha dirigido su pensamiento a
la “gran vitalidad religiosa y capacidad de renovación de los pueblos de Asia”. Existe,
ha dicho el Pontífice, un territorio “particularmente fértil para el diálogo interreligioso”
y los asiáticos demuestran “una continua apertura al mutuo enriquecimiento de las
personas en la pluralidad de las religiones y de las culturas”. “Cuán importante es
– ha sido la reflexión del Papa – en el mundo de hoy ser personas capaces de escuchar
recíprocamente en una atmósfera de respecto y dignidad, conscientes de que la humanidad
compartida es una unión más fuerte que las divisiones culturales que parecen dividir”.