El Papa afronta, con los participantes en la plenaria de la Pontificia Academia de
las Ciencias, el tema de la relación entre fe y ciencia, entre presencia divina y
evolución del cosmos, y evolución biológica
Viernes, 31 oct (RV).- Benedicto XVI ha recibido esta mañana a los participantes en
la plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias, un grupo de 80 personas ante
las que el Papa ha afrontado el tema de la relación entre fe y ciencia, entre presencia
divina y evolución del cosmos y evolución biológica.
“La imagen de la naturaleza
como un libro tiene sus raíces en el Cristianismo, ha subrayado el Papa, y ha sido
un concepto muy apreciado por muchos científicos: “Galileo veía la naturaleza como
un libro cuyo autor es Dios, del mismo modo que Dios es el autor de las Sagradas Escrituras.
Es un libro cuya historia, cuya evolución, cuyo texto y significado, debe leerse según
las distintas perspectivas, presuponiendo siempre la presencia fundadora del autor
que se ha revelado a sí mismo”.
Además el Pontífice ha afirmado que el cosmos
no es un sistema caótico sino ordenado y es posible “leer” en sus leyes internas la
presencia de un Creador, gracias también a la contribución y al continuo desarrollo
de la ciencia. “Afirmar que la fundación del cosmos y su desarrollo sean frutos de
la providencial sabiduría de un Creador no significa que la creación tenga que ver
únicamente con el inicio de la historia del mundo y de la vida. Implica que el Creador
origina este desarrollo y lo sostiene continuamente”.
El Santo Padre ha recordado
a sus predecesores, Pío XII y Juan Pablo II cuando dijeron que no hay oposición entre
el entendimiento de la fe y la evidencia de las ciencias empíricas. “Si en su fase
inicial la filosofía propuso una idea ‘horizontal’ del origen del cosmos, basada sobre
uno o más elementos del mundo material, la sucesiva comprensión metafísica del ser
en cuanto tal ha conducido al hombre a intuir que el mundo, en cuanto ‘creado’, proviene
de ‘ser’ creador”.
En este contexto Benedicto XVI ha citado a Tomás de Aquino,
quien afirmó que “la creación no es un movimiento ni una mutación. Es producida por
la fundamental y continua relación que une la criatura al Creador, porque él es la
causa de cada ser y de cada consecuencia... “A pesar de los elementos irracionales,
caóticos y destructivos observables en el largo proceso de cambio del cosmos, la materia
como tal es legible. Es una construcción interna matemática”.