Jornadas Nacionales de Pastoral de Turismo: “El turismo religioso. Su necesaria conceptualización”
Jueves, 30 oct (RV).- El Departamento de Pastoral de Turismo, Santuarios y Peregrinaciones
de la Conferencia episcopal española organiza del 11 al 13 de noviembre en Ávila,
las Jornadas Nacionales de Pastoral de Turismo bajo el tema: “El turismo religioso.
Su necesaria conceptualización”.
La importancia del Turismo y de sus consecuencias
es hoy innegable, como señalan los organizadores, porque el turismo, como cualquier
otra realidad humana, existe y se define por la experiencia en sí pero sobre todo
por aquellos que la llevan a cabo, es decir, los hombres y mujeres que viajan, los
turistas. El turismo ha ido tomando diversos rostros o formas que han dejado de ser
un calificativo del concepto genérico para convertirse en una entidad propia. Entre
estas aparece el llamado “turismo religioso”, que limita con otras experiencias similares
como son la peregrinación o el turismo cultural. Todos los agentes implicados en este
ámbito turístico, de manera especial la Iglesia, pero no exclusivamente, son conscientes
de que al definirlo es en ocasiones un concepto equívoco e incluso vacío del contenido
que le es propio.
Ante esta realidad y con el fin de dar una respuesta acorde
con lo que sustancialmente corresponde a la Iglesia en este ámbito del mundo de Turismo,
el Departamento ofrece un espacio de reflexión y de diálogo dedicado a los agentes
de pastoral de turismo, a los rectores de santuarios, responsables de patrimonio,
a los agentes turísticos, escuelas universitarias de turismo, entes de la administración,
para tratar de definir lo que entendemos comúnmente como “turismo religioso”.
Las
jornadas darán inicio el 11 de noviembre con el saludo del director del Secretariado
de la Comisión Episcopal de Pastoral, D. Sebastià Taltavull, y del obispo Presidente
de la Comisión Episcopal de Pastoral, Mons. Jesús Catalá, Obispo de Alcalá de Henares,
así como del obispo de Ávila, Mons. Jesús García Burillo. Durante esta Jornadas Nacionales
de Pastoral de Turismo se hablará de la “Aproximación histórica al fenómeno del turismo
religioso. Sus consecuencias económicas”, “Iglesia y Turismo”, “Viaje a los mundos
de Dios. Turismo, arte y religión”, “Turismo religioso. Sus perfiles”, o “La necesidad
de una investigación sobre el Turismo religioso”, entre otros temas.
Siguiendo
esta óptica, el Pontificio Consejo para la Pastoral de emigrantes e Itinerantes publicó
en 2001 unas orientaciones para la Pastoral del Turismo. En las conclusiones del texto
se ponía de relieve que el turismo es una circunstancia ideal en que el hombre percibe
que es peregrino en el tiempo y en el espacio: “Vivificados y congregados en su Espíritu,
peregrinamos hacia la perfecta consumación de la historia humana, que coincide plenamente
con el designio de su amor: ‘Recapitular todo en Cristo, cuanto existe en los cielos
y sobre la tierra’ (Ef 1,10)”. La Iglesia, que sigue el itinerario ejemplar de su
Maestro y Señor, enseña a los hombres a descubrir su verdadera vocación. En efecto,
en el íntimo de cada hombre se manifiesta la profunda inquietud propia de la condición
de Homo viator, se percibe la sed de nuevos horizontes, se advierte la certeza radical
de que sólo en el infinito de Dios se alcanza la meta de la existencia.
La
búsqueda del hombre se hace evidente y explícita en el turismo. Para satisfacer su
deseo de conocer otras personas y otras culturas, para desarrollar sus capacidades
personales y vivir nuevas experiencias, el hombre no renuncia a dedicar una parte
de su tiempo libre al turismo. Esta búsqueda que se expresa en el turismo, no se manifiesta
sólo cuando el hombre puede emprender grandes viajes o aventuras peligrosas, sino
que resulta particularmente evidente en el esfuerzo de cada uno o de la familia en
procurarse uno o más días de descanso juntos, en las incomodidades sufridas en un
viaje para visitar familiares o amigos, en la colaboración que una excursión de grupo
demanda.
Con María, Madre de Dios e imagen de la Iglesia, todo turista, asombrado
por la belleza contemplada en la Creación (cf. Sap 13,3), podrá magnificar el Señor
(cf. Lc 1,46) y narrar las obras maravillosas que Él ha obrado (cf. Sir 42,15-43,33),
llevando así un mensaje de esperanza a sus hermanos en humanidad.