2008-10-22 15:30:16

Audiencia general: el Papa evoca la relación de san Pablo «con Cristo vivo», principio para comprender el mundo y encontrar el camino en la historia


Miércoles, 22 oct (RV).- En su audiencia general de hoy, Benedicto XVI ha evocado la relación de san Pablo «con Cristo vivo. No con un principio abstracto, sino con la persona-Jesús que me ha amado y se ha entregado por mí, con Él puedo hablar, me escucha y me responde. Éste es el principio para comprender el mundo y encontrar el camino en la historia».

Además el Papa ha reiterado que «Cristo, Potencia y Sabiduría de Dios, se humilló de forma radical, en contraste con la soberbia humana, que a veces lo rechaza y que lleva a la autodestrucción. A su humildad - expresión del amor divino - le sigue realmente la elevación al cielo, en la que nos atrae con su amor».

Prosiguiendo sus catequesis sobre san Pablo, Benedicto XVI ha meditado, en su audiencia general de esta semana, sobre las enseñanzas paulinas en lo que se refiere a «la centralidad de Cristo resucitado en el misterio de la salvación: preexistencia y encarnación». «Cristo es para el Apóstol el criterio de evaluación de los eventos y de las cosas. El fin de cada esfuerzo de san Pablo, la gran pasión que sostiene sus pasos por los caminos del mundo».

Después de haber reflexionado, en sus catequesis pasadas, sobre la «conversión de san Pablo – fruto de su encuentro personal con Jesús crucificado y resucitado» - el Papa ha hecho hincapié en la relación del Apóstol de las gentes con el «Jesús terrenal»: «Es Cristo vivo, criterio de meditación de todo. No es un principio abstracto. Es siempre la persona-Jesús que me ha amado y se ha entregado por mí. Y es esta persona que me ama, con la cual puedo hablar, que me escucha y me responde. Éste es realmente el principio para comprender el mundo y encontrar el camino en la historia».

Cristo, como Potencia y Sabiduría de Dios, se ha vuelto por nosotros justicia, santificación y redención, «si bien puede ser rechazado, sobre todo por los dominadores de este mundo», ha señalado Benedicto XVI, evocando luego el himno paulino de la carta a los Filipenses y recordando que, en los planes de Dios se puede crear paradójicamente la transformación de la Cruz en «camino de salvación para toda la humanidad». «Cristo siendo de condición divina no retuvo ávidamente el ser igual a Dios... Sino que se despojó de sí mismo y se humilló, obedeciendo hasta la muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó» (Flp 2, 6-11): «Lo que impacta es el contraste entre humildad radical y glorificación en la Gloria de Dios. Es evidente que esta segunda estrofa está en contraste con el movimiento de Adán, que quiere hacerse él mismo Dios. En contraste con el gesto de Babilonia, donde quieren construir ellos mismos un puente hasta el cielo y hacerse divinidades ellos mismos. Pero este gesto de la soberbia acaba en la autodestrucción. No se llega así al cielo, a la verdadera felicidad, a Dios. El gesto del Hijo de Dios es todo lo contrario. No la soberbia, sino la humildad, que es realización del amor. Y el amor es divino y por ello a este gesto de humillación – de humildad radical, que está en contraste con la soberbia humana, es realmente expresión del amor divino. A este gesto le sigue realmente la elevación al cielo, en la que nos atrae con su amor».

Este ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en la Plaza de san Pedro: RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas:

 
Como hemos visto en las catequesis de las pasadas semanas, San Pablo no se preocupó tanto de contar los hechos aislados de la vida de Jesús, sino de anunciar a la comunidad naciente a Cristo como el “Señor”, vivo y presente entre nosotros. Él es el mismo, encarnado, crucificado, resucitado y vivo. Para comprender esto hay que tener en cuenta la idea de la Sabiduría preexistente al mundo de la cual habla el Antiguo Testamento. Cristo, en su condición de Hijo, es coeterno con el Padre. Con su Encarnación, sin dejar de ser Dios, adquiere ciertamente algo que no tenía, la condición humana hasta hacerse siervo, para rescatarla y salvarla. Con su glorificación, Cristo, que es “fuerza de Dios y sabiduría de Dios”, es también para nosotros sabiduría justicia santificación y redención (cf. 1 Co 1,25.30). Otra formulación de la cristología paulina exalta el primado de Cristo sobre todas las cosas, el “primogénito” de los que aman a Dios y han sido llamados a ser imagen de su Hijo.

 
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de Argentina, España, México, Panamá, Perú y otros países latinoamericanos. Invito a todos a contemplar el plan de salvación que San Pablo nos muestra con hondura, y al que nos exhorta a participar uniéndonos íntimamente a Cristo.
Muchas gracias.

Como siempre el Papa, antes de finalizar la audiencia se ha dirigido a los jóvenes a los enfermos y a los recién casados. El mes de octubre nos invita a renovar nuestra activa cooperación en la misión de la Iglesia. Con las energías nuevas de la juventud, con el apoyo espiritual de la oración y del sacrificio y con la potencialidad de la vida conyugal, sed misioneros del Evangelio por todas partes, ofreciendo vuestra ayuda a cuantos se fatigan para llevarlo a aquellos que todavía no lo conocen.







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