A cincuenta años de la muerte del siervo de Dios Pío XII, Benedicto XVI recuerda su
magisterio y acción pastoral, especialmente en favor de los judíos, en su audiencia
a los participantes en el simposio de la Fundación “Pave the Way”
Jueves, 18 sep (RV).- El 50° aniversario de la muerte del siervo de Dios Pío XII es
una importante oportunidad para profundizar, sin prejuicios ideológicos, en su conocimiento,
meditar su rico magisterio y analizar cumplidamente su multiforme acción pastoral,
en particular en favor de los judíos. Lo afirmó Benedicto XVI en la audiencia concedida
esta mañana en la Sala de los Suizos del palacio apostólico de Castelgandolfo a los
participantes en el simposio de la Fundación “Pave the Way”. En este encuentro que
se dedicó precisamente a la “generosa obra realizada por el Papa Pío XII durante el
difícil periodo del siglo pasado que rodeó el segundo conflicto mundial”; Benedicto
XVI agradeció las palabras que le dirigió el presidente de esta Fundación judía que
–tal como indica su nombre “Pave the Way”- se propone allanar los caminos y crear
puentes para la paz. En particular, por las informaciones que presentó sobe los trabajos
del simposio, en que analizaron “sin prejuicios los eventos de la historia, con el
único anhelo de buscar la verdad”.
Y añadió textualmente: “Durante estos días,
vuestra atención se ha centrado en la figura y en la infatigable acción pastoral y
humanitaria de Pío XII, Pastor Angelicus”. Y tras recordar que ha transcurrido medio
siglo de su fallecimiento, acaecido en Castelgandolfo, el 9 de octubre de 1958, Benedicto
XVI afirmó que a lo largo de estos cinco decenios no siempre se han presentado y examinado
ante una luz justa sus genuinas características:
“El anhelo de vuestro simposio
ha sido, precisamente, el de colmar algunas lagunas. A través de un análisis atento
y documentado de muchas intervenciones suyas. En particular, sobre las que hizo en
favor de los judíos, perseguidos durante esos años en toda Europa, con el plan criminal
de los que quería eliminarlos de la faz de la tierra. Cuando uno se acerca a la figura
de este noble Papa –libre de prejuicios ideológicos– queda prendado por su sabiduría
humana e intensidad pastoral, así como por la ejemplaridad de su vida, y la extraordinaria
riqueza de su magisterio. Se aprecia la sabiduría y tensión pastoral que lo guiaron
en su largo ministerio. En especial, en la organización de las ayudas al pueblo judío”.
Benedicto
XVI aludió a la amplia documentación analizada, enriquecida por múltiples y autorizados
testimonios e hizo hincapié en que este simposio “ofrece a la opinión pública la posibilidad
de conocer mejor, y en su plenitud, lo que Pío XII impulsó y realizó en favor de los
judíos perseguidos por los regímenes nazi y fascista”:
“Se comprende, entonces,
que no ahorró esfuerzos para intervenir directamente –donde fuera posible– o por
medio de instrucciones impartidas individualmente a miembros o a instituciones de
la Iglesia católica en favor de los judíos. En vuestro encuentro se han evidenciado
las intervenciones, que no fueron pocas, que realizó de forma secreta o callada, precisamente
porque teniendo en cuenta las situaciones concretas de aquel complejo momento histórico,
sólo así era posible evitar lo peor y salvar el mayor número posible de judíos”.
Después
de afirmar que lo que Pío XII hizo también está documentado por medio del testimonio
de gratitud de un nutrido grupo de supervivientes de los campos de concentración alemanes,
el Santo Padre afirmó textualmente:
“Su valiente y paternal dedicación fue
reconocida y apreciada durante y después del terrible conflicto mundial por parte
de comunidades y personalidades judías, que quisieron manifestar su gratitud por lo
que el Papa había hecho. Baste recordar el encuentro que Pío XII celebró el 29 de
noviembre de 1945, con los 80 delegados de los campos de concentración alemanes. En
esa especial audiencia concedida en el Vaticano, ellos quisieron agradecer personalmente
la generosidad que el Papa había demostrado a las víctimas de la persecución nazi
y fascista”.
De ahí que el Santo Padre haya destacado y agradecido la importante
y constante acción de la Fundación “Pave the Way” en favor de la paz y del diálogo
interreligioso así como del testimonio de caridad y reconciliación. Al concluir su
alocución, Benedicto XVI renovó su profundo anhelo de que el 50° aniversario de la
muerte de Pío XII “brinde la oportunidad de promover investigaciones más profundas
sobre los distintos aspectos de su persona y actividades, para alcanzar y conocer
juntos la verdad histórica, superando todo prejuicio”.