Sábado, 9 sep (RV).- : «Ingrid y la paz» ,es el título del acostumbrado - de esta
semana del Padre Federico Lombardi: «’Quisiera decirles a las FARC: el mundo los
está mirando y les pide que abran sus corazones, que abran espacio a los sentimientos
de amor y de perdón. Más allá de la conveniencia, del odio y de la venganza. Sin impulsar
sólo el crimen y las armas. Den voz a todos los colombianos, tanto a aquellos que
piensan como ustedes como a los que no piensan como ustedes’. Después de haber sido
recibida por el Papa, Ingrid Betancourt se dirigió con estas palabras a los jefes
de la guerrilla que la mantuvo prisionera durante seis años en la selva colombiana
y que sigue manteniendo en su poder a cientos de rehenes.
Su
testimonio, tan denso de rasgos explícitamente espirituales y cristianos, quizá corra
el riesgo de no ser tomado en serio por parte de una mentalidad laicista. Pero, en
un cautiverio tan largo, cambian las perspectivas sobre qué es verdaderamente importante
en la vida. Y no es sólo Ingrid la que lo testimonia. Lo han dicho también otros secuestrados.
Las ideologías se empañan y emerge en primer plano lo que está en lo más profundo
del corazón: lo que se cree y que permite las relaciones con los demás sobre la base
del respeto, de la fraternidad y de la paz. ‘Sin fe no hay esperanza y
sin esperanza no se tiene fuerza para seguir luchando’ prosigue Ingrid. Luchar por
un mundo reconciliado. Nuestro anhelo es que pueda proseguir y anunciar, precisamente,
este mensaje de paz. Será la contribución más preciosa que esta frágil mujer, resurgida
milagrosamente de la selva, podrá dar a nuestro mundo enfermo de odio».
Precisamente
en Colombia, con el lema «Hacia la paz: vida digna, desarrollo y libertad», comienza
mañana la Semana por la paz 2008, promovida por la Conferencia Episcopal colombiana.
«El Papa lleva en su corazón el dolor de todos los secuestrados y reza por su pronta
liberación y por la paz», destacaba también la señora Ingrid Betancourt, después de
la audiencia de Benedicto XVI.