En su audiencia general, Benedicto XVI condena firmemente el asesinato de un líder
hindú y todos los ataques contra la vida humana, e invita a los líderes religiosos
y a las autoridades civiles a un compromiso común que impulse la paz
Miércoles, 27 ago (RV).- En su audiencia general de hoy -cuya catequesis ha centrado
en la vida de san Pablo- Benedicto XVI ha expresado su profunda tristeza ante las
violencias que se están perpetrando contra las comunidades cristianas en el estado
indio de Orissa. El Papa ha dirigido un apremiante llamamiento en favor de la convivencia
pacífica, y condenando firmemente el asesinato de un líder hindú y todos los ataques
contra la vida humana y manifestando su cercanía espiritual a los hermanos tan duramente
probados, el Santo Padre ha implorado el consuelo divino en el sufrimiento, en el
servicio de amor a todos sin distinción. Y ha invitado a los líderes religiosos y
a las autoridades civiles a un compromiso común que impulse la paz.
«He recibido
con profunda tristeza las noticias de las violencias contra las comunidades cristianas
en el estado indio de Orissa, estalladas después del deplorable asesinato del líder
hindú Swami Lakshmananda Saraswati. Hasta ahora han sido asesinadas algunas personas
y muchas otras han resultado heridas. Además, se han destruido algunos centros de
culto, de propiedad de la Iglesia, así como viviendas privadas. Al tiempo que condeno
con firmeza todo ataque contra la vida humana, cuya sacralidad exige el respeto de
todos, expreso mi cercanía espiritual y mi solidaridad a los hermanos y hermanas en
la fe, tan duramente probados. Imploro al Señor que les acompañe y sostenga en este
tiempo de sufrimiento y les brinde la fortaleza necesaria para proseguir su servicio
de amor en favor de todos. Invito a los líderes religiosos y a las autoridades civiles
a trabajar juntos para restablecer entre los miembros de las diversas comunidades
la convivencia pacífica y la armonía que han caracterizado siempre la sociedad india».
Centrando
su catequesis de hoy en algunas etapas destacadas de la vida de san Pablo, el Papa
ha alentado «al testimonio cristiano, sin dejarse amedrentar por las dificultades»,
poniéndolas «junto con los afanes de las naciones, ante la mirada de Dios, en nuestras
oraciones y nuestro compromiso misionero», como ha dicho en sus palabras en francés.
Haciendo hincapié en que «es necesario dar la luz de Cristo a este mundo nuestro,
que tanta sed tiene del Evangelio y de la verdad de Cristo», Benedicto XVI ha recordado
– en su alocución central en italiano - que, antes de su conversión, el Apóstol había
perseguido a la Iglesia de Dios, manifestando una conducta de intolerancia, que después
del evento extraordinario de Damasco, se transformó en un apostolado infatigable de
paz y de diálogo».
En el marco del Año Paulino, anunciando que centrará su
catequesis del próximo miércoles en el gran cambio que san Pablo experimentó camino
de Damasco, el Santo Padre ha exhortado a rezar al Señor para que haga en nosotros
lo mismo que hizo en este gran Apóstol. Le «hizo ver su luz y escuchar su Palabra,
tocando íntimamente su corazón».
Escuchemos el resumen que de su catequesis
ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes
en el Aula Pablo VI: “Queridos hermanos
y hermanas: Retomando las catequesis paulinas, quisiera hoy detenerme en algunos puntos
de la biografía de San Pablo. El Apóstol nació en Tarso de Cilicia. Hebreo de la diáspora,
hablaba griego, no obstante tuviera un nombre de origen latino y gozara de la ciudadanía
romana. Tal vez aprendió de su padre a tejer la lana para fabricar tiendas de campaña.
Trasladado a Jerusalén con unos doce años, fue formado por el Rabino Gamaliel el Viejo
en las rígidas normas del fariseísmo, mostrando un gran celo por la Ley Mosaica, lo
que le llevó a perseguir a los cristianos. Su vida, sin embargo, experimentó un gran
cambio camino de Damasco, llegando a ser un apóstol infatigable del Evangelio. Realizó
tres viajes misioneros: el primero con Bernabé; en el segundo escogió como compañeros
a Silas y Timoteo. Durante el tercero, Pablo fue arrestado en Jerusalén por los judíos
a causa de un malentendido. Tras permanecer un tiempo en prisión, habiendo apelado
al César, el Procurador Porcio Festo lo envió a Roma, donde pasó dos años en una casa
custodiado por un soldado. Tradiciones sucesivas hablan de que Pablo fue liberado
y pudo realizar desde Roma un viaje a España y otro a Oriente. Otras tradiciones señalan
que fue encarcelado una segunda vez, acabando sus días martirizado. Que el ejemplo
del Apóstol nos sirva de estímulo constante para nuestro compromiso eclesial.Saludo
a los peregrinos de lengua española, en particular, al grupo de sacerdotes y seminaristas
de la Diócesis de Plasencia, acompañados por el Señor Obispo, Monseñor Amadeo Rodríguez
Magro. A imitación de San Pablo, anunciad el Evangelio con generosidad y convicción,
sin dejaros amedrentar por las dificultades. Que Dios os bendiga”.
Antes de
concluir la audiencia el Santo Padre se ha dirigido como siempre a los jóvenes a los
enfermos y a los recién casados. Que el ejemplo de Santa Mónica, que recordamos hoy,
y de su hijo Agustín, que celebraremos mañana, nos ayuden a mirar con confianza indomable
a Cristo, luz en la dificultad, sostén en las pruebas y guía en cada momento de la
existencia humana.
Después de la audiencia general de hoy, que ha tenido lugar
en el Vaticano, en el Aula Pablo VI, el Santo Padre ha regresado, en helicóptero al
Palacio Apostólico de Castelgandolfo.