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(RV).- “La vida está compuesta de ciclos, etapas y momentos, unos más suaves o agradables
que otros... y cada uno de ellos representa la oportunidad de aprender, crecer y madurar
esencialmente“, así escribe Maytte Sepúlveda, escritora y comunicadora latinoamericana,
quien a través de su página web o en diversos diarios de América Latina, escribe sobre
crecimiento personal y calidad de vida. Y estas palabras que citamos de un artículo
recientemente publicado, nos ayudan a entender la importancia de una actitud positiva
y abierta frente a los diversos eventos de la vida cotidiana.
Siempre
se ha dicho que la vida es un aprendizaje constante, aprovechado sobre todo por todas
aquellas personas que reflexionan sobre sus actos, revisan sus pasos y sus actuaciones
y están en permanente cambio, porque ello significa avanzar en un progresivo movimiento
hacia nuevas posturas, visiones, entender otras formas de ser y de relación con nuestro
entorno, pues significa una apertura hacia lo plural y lo diverso.
Son
muchas las situaciones que le causan dolor al ser humano. Algunas de ellas nos hacen
perder la dirección y las ganas de vivir, haciendo que nos enfrentemos al dolor, a
la apatía, a la indolencia, al desánimo y hasta a la depresión. Lo más importante,
en esos momentos, es recordar que podemos caer y experimentar la pérdida temporal
del sentido y la dirección que llevaba nuestra vida… pero luego, tenemos que reunir
la fortaleza, el valor y la determinación que nos haga falta para levantarnos y comenzar
de nuevo.
Generalmente, cuando atravesamos por una situación de dolor,
la afectación que sentimos nos impide tener la claridad mental necesaria para analizar
la situación con objetividad y descubrir la solución. Por ello es necesario creer
en la perfección de los tiempos, tomarse el tiempo necesario para reconocer las causas
de tanto dolor, sus consecuencias y con ello empezar a mirar la situación con nuevas
perspectivas.
Caer para levantarnos, es una gran consigna en la vida porque
representan una constante lucha, un constante trabajo para salir adelante. En los
momentos de dolor, lo más propicio es dejarlo salir, sin bloquearlo, ello implica
aceptar lo sucedido sin muchos cuestionamientos, con el valor y la determinación de
hacer cuanto sea necesario para superarlo, transformarlo o sanar.
Y como
parte esencial de trabajar el dolor, de superar las situaciones difíciles, está el
perdón como una de las formas más eficaces para sanar, el perdón nos permite pasar
página, y sobre todo reconciliarnos con nosotros mismos y con los demás.
Y
en medio de la evolución y los cambios, fortalecer el espíritu es un elemento esencial.
Practicar la oración, leer libros de contenido positivo, hablar con personas que te
contagien con su entusiasmo, paz y fortaleza, practica la contemplación o la meditación
para encontrar, en el vacío de tu mente y la relajación de tu cuerpo, el descanso
necesario para recuperar el bienestar más fácilmente, sin duda son elementos importantes
para volver a sentirnos bien, recobrar las fuerzas, la fe y sanar el corazón. Maytte,
la escritora latinoamericana subraya en su reciente artículo la necesidad de vivir
cada momento de la mejor manera, sin darle en ningún momento espacio a la violencia,
al miedo o al malestar con otras personas que asumen la vide de múltiples formas.
Hay que potenciar todo lo bueno que ocurra en nuestros días, y sentirnos agradecidos
por todo lo que cada día recibimos y se nos presenta. Esa es la mejor manera de renovarnos
día a día con una actitud positiva y muy constructiva. Volveremos la próxima semana.