2008-08-22 14:20:30

Reflexiones en familia


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Jueves, 22 ago (RV).- “La vida está compuesta de ciclos, etapas y momentos, unos más suaves o agradables que otros... y cada uno de ellos representa la oportunidad de aprender, crecer y madurar esencialmente“, así escribe Maytte Sepúlveda, escritora y comunicadora latinoamericana, quien a través de su página web o en diversos diarios de América Latina, escribe sobre crecimiento personal y calidad de vida. Y estas palabras que citamos de un artículo recientemente publicado, nos ayudan a entender la importancia de una actitud positiva y abierta frente a los diversos eventos de la vida cotidiana.


Siempre se ha dicho que la vida es un aprendizaje constante, aprovechado sobre todo por todas aquellas personas que reflexionan sobre sus actos, revisan sus pasos y sus actuaciones y están en permanente cambio, porque ello significa avanzar en un progresivo movimiento hacia nuevas posturas, visiones, entender otras formas de ser y de relación con nuestro entorno, pues significa una apertura hacia lo plural y lo diverso.


Son muchas las situaciones que le causan dolor al ser humano. Algunas de ellas nos hacen perder la dirección y las ganas de vivir, haciendo que nos enfrentemos al dolor, a la apatía, a la indolencia, al desánimo y hasta a la depresión. Lo más importante, en esos momentos, es recordar que podemos caer y experimentar la pérdida temporal del sentido y la dirección que llevaba nuestra vida… pero luego, tenemos que reunir la fortaleza, el valor y la determinación que nos haga falta para levantarnos y comenzar de nuevo.


Generalmente, cuando atravesamos por una situación de dolor, la afectación que sentimos nos impide tener la claridad mental necesaria para analizar la situación con objetividad y descubrir la solución. Por ello es necesario creer en la perfección de los tiempos, tomarse el tiempo necesario para reconocer las causas de tanto dolor, sus consecuencias y con ello empezar a mirar la situación con nuevas perspectivas.


Caer para levantarnos, es una gran consigna en la vida porque representan una constante lucha, un constante trabajo para salir adelante. En los momentos de dolor, lo más propicio es dejarlo salir, sin bloquearlo, ello implica aceptar lo sucedido sin muchos cuestionamientos, con el valor y la determinación de hacer cuanto sea necesario para superarlo, transformarlo o sanar.


Y como parte esencial de trabajar el dolor, de superar las situaciones difíciles, está el perdón como una de las formas más eficaces para sanar, el perdón nos permite pasar página, y sobre todo reconciliarnos con nosotros mismos y con los demás.


Y en medio de la evolución y los cambios, fortalecer el espíritu es un elemento esencial. Practicar la oración, leer libros de contenido positivo, hablar con personas que te contagien con su entusiasmo, paz y fortaleza, practica la contemplación o la meditación para encontrar, en el vacío de tu mente y la relajación de tu cuerpo, el descanso necesario para recuperar el bienestar más fácilmente, sin duda son elementos importantes para volver a sentirnos bien, recobrar las fuerzas, la fe y sanar el corazón.
 
Maytte, la escritora latinoamericana subraya en su reciente artículo la necesidad de vivir cada momento de la mejor manera, sin darle en ningún momento espacio a la violencia, al miedo o al malestar con otras personas que asumen la vide de múltiples formas. Hay que potenciar todo lo bueno que ocurra en nuestros días, y sentirnos agradecidos por todo lo que cada día recibimos y se nos presenta. Esa es la mejor manera de renovarnos día a día con una actitud positiva y muy constructiva. Volveremos la próxima semana.








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