Martes, 20 ago (RV).- Con el orante del Salmo 127 nos enteramos que “los desvelos
son inútiles” y que, a veces, para comprenderlo la edad nos regala lucidez. Un ejemplo
es la comprensión de este Salmo bastante arcano que nuestra autora* propone hoy, y
para el que marca como edad mínima requerida los 40 años, porque a decir suyo, para
entonces, ya estamos de vuelta de los sueños de omnipotencia.
Pues bien, este
Salmo nos coloca ante una encrucijada donde es posible elegir entre la frustración
escéptica que nos trae pocos resultados pero bastante mediocridad, o en cambio, la
alegre toma de conciencia de que Dios, si lo dejamos, es capaz de hacer cosas grandes
en nosotros…
Del espacio de hoy se desprende la invitación por parte de nuestra
autora a ser receptivos y orar como el salmista en una acción sosegada de agradecimiento
diciendo: “Señor tu me colmas de tus dones mientras duermo”
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* Dolores
Aleixandre, teóloga y religiosa del Sagrado Corazón, autora de: “Las puertas de la
tarde. Envejecer con esplendor” Ed. Sal Terrae, España 2007