Miércoles, 6 ago (RV).- Hemos dado este nombre al espacio de hoy tomando inspiración
del Salmo 90, 10-12 en el que aprendemos que nuestros años se han acabado como un
suspiro y aunque uno llegue a vivir mucho, el afán es fatiga inútil porque estos años
han pasado de prisa. El salmista piden entonces al Señor, discernimiento para llevar
la cuenta del tiempo vivido para poder adquirir un corazón sensato.
Ahora bien
¿y si esos años, la experiencia acumulada, fueran como un baúl en el que nada se pierde
y que más bien espera ser abierto para mostrar los tesoros que contiene? La conclusión
de nuestra autora es que por muchos años que hayamos vivido y por muy deteriorados
que lleguemos a la suma de ellos, siempre hay un beneficio acumulado. Descubrirlo
depende de nosotros mismos.