En su constante preocupación por la paz, el Papa reza por Irak, cuyo primer ministro
recibirá mañana en audiencia. El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede
destaca, en una entrevista, la experiencia de Sydney y los próximos compromisos pontificios
Jueves, 24 jul (RV).- Benedicto XVI recibirá, mañana en audiencia privada, al primer
ministro de Irak, Nouri Al-Maliki en el palacio apostólico de Castelgandolfo. El primer
ministro iraquí, que visita diversos países europeos, se entrevistará también con
el Cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone. Los caldeos, católicos de rito
oriental, constituyen la principal comunidad cristiana en Irak y una de las iglesias
cristianas más antiguas del mundo.
Sobre esta audiencia pontificia nos ha
hablado también, en una entrevista, el director de nuestra emisora y de la Oficina
de Prensa de la Santa Sede, destacando asimismo la alegría de Benedicto XVI por la
Jornada Mundial de la Juventud de Sydney, la importancia de la que tendrá lugar en
Madrid y los próximos compromisos pontificios.
«Además del mensaje centrado
en el tema elegido por el Papa para la Jornada Mundial de la Juventud, el mismo evento
es un mensaje de por sí. Un mensaje de vitalidad de la Iglesia y un mensaje de esperanza
y no sólo para los jóvenes», ha destacado el P. Federico Lombardi, ante nuestros micrófonos.
Tras hacer hincapié en la gratitud de Benedicto XVI por el feliz logro de la cita
de Sydney, el P. Lombardi ha recordado las palabras del Card Pell - sobre «la implicación
de toda esta gran ciudad en el clima de serena alegría, abrazando a la sociedad entera
junto con el río de miles y miles de jóvenes que daban testimonio de su fe cristiana».
«Creo
que éste es uno de los grandes mensajes, de los grandes servicios de la Jornada Mundial
de la Juventud, más allá de sí misma. Es decir, para el ambiente que la hospeda, para
el ambiente que la ve y que sigue su desarrollo. Pienso que también para el futuro,
éste será el gran servicio que las Jornadas Mundiales de la Juventud brindarán a la
sociedad, al mundo de hoy y al de mañana», afirma P. Lombardi, refiriéndose luego
a la próxima Jornada Mundial de la Juventud que será en Madrid. Por lo que se vuelve
a Europa:
«Sí. Algunos
lamentan que todavía no sea posible celebrar concretamente una Jornada Mundial de
la Juventud en África, por problemas de carácter organizativo y de seguridad, entre
otros. Por lo que se vuelve a Europa, aunque ciertamente hay intención de implicar
al continente africano en todas las formas posibles.
Recordando que «Europa
ya acogió varias veces a las Jornadas Mundiales de la Juventud, pero que es un continente
en el cual sigue siendo viva la confrontación entre la fe y los problemas de la sociedad
moderna, de la secularización y del desarrollo, que, en el tiempo, el mundo impone
a la fe», y que «el Papa habla a menudo de los riesgos de que también Europa pierda
sus valores fundacionales, enlazados con la tradición cristiana y la contribución
que la fe ha dado al desarrollo de este continente», el P. Lombardi señala que será
uno de los temas y objetivos de la Jornada de Madrid:
«Ciertamente,
éste, evidentemente, será uno de los temas y de los objetivos de la próxima Jornada
Mundial de la Juventud, aun sin polémica alguna y sin alguna voluntad de contraposición
con el mundo que nos rodea».
En este contexto, el P. Lombardi evoca el Encuentro
de Benedicto XVI con las familias de todo el mundo en Valencia:
«Recuerdo,
en España, la bellísima Jornada Mundial de las Familias, en Valencia, en la que el
mensaje del Papa había sido totalmente positivo. Centrado en la belleza de ser cristianos,
en el mensaje positivo también para la familia de hoy. En un tiempo en el que la familia
vive grandísimas dificultades, ser cristianos es un mensaje positivo. Pienso que éste
debe ser el impulso también de la próxima Jornada Mundial de la Juventud en España.
Un mensaje de esperanza, un mensaje que dice que la fe es una contribución bella y
grande para el porvenir de nuestras sociedades y de nuestro mundo. Como ha sido efectivamente
también en Australia. Quizá, en Europa, tendrá un tono suyo característico».
Entre
los próximos compromisos de Benedicto XVI, está su encuentro de mañana, viernes, con
el primer ministro de Irak, Al Maliki. Por lo que la nación iraquí sigue siendo centro
de la atención del Papa. Luego, en septiembre – después de los días de su estancia
de reposo en Bressanone – el Santo Padre viajará a la ciudad italiana de Cagliari
y a Francia:
«Esta
audiencia al mandatario de Irak tiene ciertamente un gran significado, pensando precisamente
en la problemática de la paz en el mundo y en una región tan crucial, como es la de
Oriente Medio. Pero también pensando en los problemas que tienen los católicos y
los cristianos en general, en este país, donde sabemos que tienen dificultades. Recordamos
también la muerte del obispo Mons. Raho y la emigración, en cierto sentido, obligada
de tantos cristianos de esta misma nación. Es pues un país al cual miramos todos con
mucha participación y con mucha preocupación. El Papa ciertamente lo tiene presente
en sus oraciones de cada día».
El P. Lombardi se ha referido también a Bressanone,
lugar que Benedicto XVI ha elegido para sus vacaciones - a partir del próximo lunes
28 y hasta el 11 de agosto. «Es una novedad, con respecto a los años pasados». Esta
localidad está enlazada con tantos recuerdos de su vida, un lugar de particular valor
para la cultura de habla alemana. Lo que en italiano se llama Alto Adige y que en
alemán llaman Tirol del Sur, es en efecto un punto fundamental para la historia de
la cultura de habla alemana y, ciertamente, el Papa como gran hombre de cultura, se
siente en casa en esta región. Esperemos que sea un tiempo de reposo.
No se
han previsto compromisos, fuera del ya tradicional encuentro con los sacerdotes. Sobre
todo de la diócesis y de la región. Será una conversación rica e interesante, como
ha sido siempre en los años pasados. Por supuesto – ha señalado asimismo el P. Lombardi
- miramos también hacia el mes de septiembre, en el que el Papa tendrá dos compromisos
importantes. Sus viajes a Cagliari y luego a Francia – a París y a Lourdes.
Después,
tendrá lugar, en octubre, el Sínodo de los obispos, al cual el Papa se está preparando
ya, naturalmente. Es posible también que dedique algún tiempo - si todo va bien y
si logrará descansar, en buenas condiciones para trabajar – a la segunda parte de
su libro sobre Jesús o a completar su Encíclica social, que estamos esperando desde
hace tiempo. O quizá que no se invente alguna otra. También, el año pasado nos donó
aquella Encíclica sobre la esperanza, que en cierto sentido, no nos esperábamos. Pero
ciertamente surgió en la profundidad de su oración y de su reflexión. Esperemos pues
que sea un buen tiempo para el Papa, en el cual se puedan alcanzar todos los objetivos
de reposo físico y espiritual que se anhelan.