2008-07-22 15:54:30

El diálogo entre los creyentes es la mejor contribución a la paz entre los pueblos de la tierra


Martes, 22 jul (RV).- Transmitiendo «un cordial saludo y la cercanía espiritual del papa Benedicto XVI», el Card. Jean Louis Tauran, presidente del Pontifico Consejo para el Diálogo Interreligioso, clausuró en Madrid un congreso que, por iniciativa del rey de Arabia Saudita Abdallah Bin Abdelaziz, organizó la Liga musulmana mundial.

El Card. Tauran hizo hincapié en que «el Santo Padre piensa que el diálogo entre los creyentes, basado en el amor y la verdad, sea la mejor forma de contribuir a la armonía, a la felicidad y a la paz entre los pueblos de la tierra». El presidente del dicasterio pontificio para el Diálogo Interreligioso señaló la importancia de encontrarse y de respetar nuestras respectivas creencias, aprendiendo una nueva modalidad para recorrer, precisamente, el camino del diálogo.

Subrayando las numerosas convicciones que compartimos, el Card. Tauran se refirió a «la fe en la unicidad de Dios autor de la vida; la responsabilidad de preservar la Creación y los recursos de la tierra; el carácter sagrado de la persona humana y de su dignidad y los derechos fundamentales que manan de ella; la preocupación común de ofrecer a los jóvenes principios éticos y religiosos; la fuerza del amor que todo creyente posee y a la centralidad de la ley natural».

En este contexto, expuso dos consideraciones. La primera, se refirió a la importancia de que la riqueza de nuestras convicciones y de nuestros pensamientos se presenten a todos los miembros de la sociedad a la que pertenecemos. Y, la segunda, es que como creyentes estamos llamados a ser un don para la sociedad.

Realidad ésta que hace imperativo que la libertad religiosa se considere más allá de la importante necesidad de tener lugares de culto, que es lo menos que se puede pretender, señaló el Card. Tauran, reiterando luego que la libertad religiosa debe incluir también la posibilidad para los creyentes de tomar parte activa en el diálogo público mediante responsabilidades sociales, políticas y culturales en las cuales deben servir como modelo.

Mirando hacia el futuro, el presidente del Pontifico Consejo para el Diálogo Interreligioso presentó tres objetivos que se deben alcanzar con urgencia: promover el conocimiento recíproco; alentar el estudio de las religiones de manera objetiva y formar a las personas en el diálogo interreligioso. Recordando que, sin querer afirmar que todas las religiones son más o menos iguales, el Card. Tauran manifestó que «todos aquellos que buscan a Dios tienen igual dignidad».

Poniendo en guardia - como Benedicto XVI - contra un diálogo interreligioso que desemboque en el sincretismo y recordando que el verdadero diálogo no se puede basar en la ambigüedad, el mismo purpurado, evocó nuevamente al Santo Padre y puso de relieve que como creyentes, judíos, cristianos y musulmanes no creemos en el hado. Sabemos que, habiendo recibido de Dios un corazón y una inteligencia, podemos cambiar con su ayuda el curso de la historia.







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