2008-07-21 15:44:01

IX Encuentro internacional agustino para jóvenes: “Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común”


Lunes, 21 jul (RV).- Los ecos de la XXIII Jornada Mundial de la Juventud resuenan todavía en el aire, tras una semana plagada de encuentros entre el Santo Padre Benedicto XVI, y los jóvenes de todo el mundo en Sydney, Australia. Y precisamente, “alargando” la reflexión de estas jornadas, hoy ha dado inicio el IX Encuentro internacional agustino para jóvenes, bajo el tema “Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común” (Hch 2,44).

Hasta el próximo lunes 28 de julio en Collaroy, Sydney, se invita a los jóvenes a ser testigos del Señor Resucitado, con la fuerza del Espíritu, a través de la riqueza de la vida comunitaria. De hecho en este encuentro internacional se pone de relieve la concepción agustina de “comunidad” en sus diferentes elementos: oración, justicia social, diversidad y unidad.

Esta llamada la lanzó Benedicto XVI en numerosas ocasiones durante la XXIII Jornada Mundial de la Juventud, exhortando a llevar al mundo el mensaje de la esperanza cristiana, como recordó en su primer discurso señalando que “la creación de Dios es única y es buena. La preocupación por la no violencia, el desarrollo sostenible, la justicia y la paz, el cuidado de nuestro entorno, son de vital importancia para la humanidad”.

Pero todo esto no se puede comprender prescindiendo de una profunda reflexión sobre la dignidad innata de toda vida humana, como instaba el Santo Padre, desde la concepción hasta la muerte natural, “una dignidad otorgada por Dios mismo y, por tanto, inviolable”.

El IX Encuentro internacional agustino para jóvenes, bajo el tema “Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común”, representa una oportunidad para que los jóvenes se den cuenta de que nuestro mundo está cansado de la codicia, de la explotación y de la división, del tedio de falsos ídolos y respuestas parciales, y de la pesadumbre de falsas promesas. “Nuestro corazón y nuestra mente anhelan una visión de la vida donde reine el amor –como señaló Benedicto XVI- donde se compartan los dones, donde se construya la unidad, donde la libertad tenga su propio significado en la verdad, y donde la identidad se encuentre en una comunión respetuosa”.

Precisamente esta es obra del Espíritu Santo. “Ésta es la esperanza que ofrece el Evangelio de Jesucristo. Habéis sido recreados en el Bautismo –dijo el Papa en Sydney- y fortalecidos con los dones del Espíritu en la Confirmación precisamente para dar testimonio de esta realidad. ¡Que sea éste el mensaje que vosotros llevéis al mundo desde Sydney!”.

Y es que el tema de la Jornada Mundial de la Juventud ha sido precisamente «Recibir el Espíritu Santo», poniéndose hoy fin al viaje del Papa a Australia, tras un saludo a los voluntarios que han hecho posible la Jornada Mundial de la Juventud de Sydney.







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