La oración, protagonista de la XXIII JMJ de Sydney
Jueves, 17 jul (RV).- Este domingo finaliza la XXIII Jornada Mundial de la Juventud
con el esperado anuncio de la próxima sede de este encuentro entre el Papa y los jóvenes
de todo el mundo. Desde 1984, fecha en la que se convocó este primer encuentro bajo
petición del Siervo de Dios Juan Pablo II, la Jornada Mundial de la Juventud ha sido
una cita importante en el calendario de tantos jóvenes. Desde aquel entonces, estas
jornadas se desarrollan alternando las celebraciones locales y los grandes encuentros
con el Papa. Cada dos años inicialmente y ahora cada tres, los jóvenes católicos del
mundo se unen al Pontífice.
Tras el primer encuentro en Roma, le tocó el turno
a Buenos Aires, Argentina, en 1987 bajo el tema: “Nosotros hemos reconocido y creído
en el amor que Dios nos tiene”. Dos años después le tocó el turno a España, Santiago
de Compostela, con su “Yo soy el camino, la verdad, y la vida”. En 1991 Juan Pablo
II convocó a los jóvenes en su tierra natal, Polonia, pasando después a Denver, Manila,
París, y en 2000 Roma, con “El Verbo se hizo carne y vivió entre nosotros”. Tras el
Jubileo, Toronto fue la siguiente meta, pasando el testigo en 2005 a Benedicto XVI
que celebró su primera Jornada Mundial de la Juventud en Colonia, Alemania, eligiendo
él Australia como siguiente destino.
Precisamente el Santo Padre dispuso la
concesión de la Indulgencia plenaria, siguiendo las condiciones establecidas, a quienes
participen en la XXIII Jornada Mundial de la Juventud en Sydney; y la Indulgencia
parcial a quienes, donde quiera que se encuentren, recen para que los "jóvenes tengan
la fuerza de anunciar con la propia vida el Evangelio". La Santa Sede dio a conocer
que "se concede la Indulgencia plenaria a los fieles que devotamente participen en
cualquier sacra función o ejercicio pío que se desarrolle durante la Jornada Mundial
de la Juventud, y en su solemne conclusión, para que, confesados y verdaderamente
arrepentidos, reciban la Santa Comunión y recen piamente según las intenciones de
Su Santidad", dice el decreto.
"Se concede la Indulgencia parcial a los fieles,
donde quiera que se encuentren durante el evento mencionado, si, al menos con ánimo
contrito, eleven sus oraciones a Dios Espíritu Santo, para que infunda en los jóvenes
la caridad y les dé la fuerza de anunciar con la propia vida el Evangelio".
El
decreto, con fecha 28 de junio de 2008, precisa además que "para que los fieles puedan
más fácilmente hacerse partícipes de estos celestes dones, los sacerdotes, legítimamente
aprobados para la escucha de la confesión sacramental, con ánimo pronto y generoso
se presten a recibir y propongan a los fieles oraciones públicas, para el buen éxito
de la misma Jornada Mundial de la Juventud".
Finalizamos nuestro programa de
hoy con la oración de esta XXIII JMJ:
Padre Nuestro, te consagramos
la Jornada Mundial de la Juventud en Sydney en el 2008. Guía
y protege al Santo Padre, el Papa Benedicto y a todos los líderes de la
Iglesia. Inspira y dirige a todos aquellos que planean y lideran
la Jornada Mundial de la Juventud. Únelos y protégelos con el amor de tu
abrazo paternal. Amén
Señor Nuestro Jesucristo,
antes de tu ascensión hacia el Padre, prometiste enviar a Tu Espíritu Santo
para que pudiéramos ser tus testigos hacia los confines del mundo. Bendice
y multiplica los esfuerzos de todos nuestros empleados y voluntarios. Ayúdanos
a levantar nuestra cruz para poder seguirte bajo la señal celestial de
la Cruz del Sur. Amén
Espíritu Santo,
derrama tu gracia sobre esta Tierra Austral del Espíritu Santo y concédenos
un Nuevo Pentecostés. Haz de esta tierra un lugar genuino de bienvenida
a la juventud del mundo. Concede a esos jóvenes que vengan una
conversión en su vida, una fe más profunda y amor hacia todos. Permíteles
construir una nueva civilización de vida, amor y verdad. Haz que sean auténticos
testigos de tu poder y tu gracia. Amén
Nuestra
Señora de la Cruz del Sur, Ayuda de los Cristianos, ruega por nosotros.