La Iglesia Católica de Inglaterra y Gales celebra la Jornada para la Vida
Viernes, 4 jul (RV).- La enfermedad mental transitoria puede afectar a cualquier persona.
De hecho una de cada cuatro personas experimentará algún problema de salud mental
a lo largo de su vida. Este es el mensaje que la Iglesia Católica de Inglaterra y
Gales destaca en la Jornada para la Vida de este año, dedicada en esta ocasión a la
salud mental y que tendrá lugar este domingo 6 de julio.
En este día se
pretende hacer un llamamiento para atender las necesidades de todos aquellos afectados
por la enfermedad mental, a sus familiares, los trabajadores sociales y pedir el apoyo
de toda la comunidad eclesial, social y profesional.
Los obispos de Escocia,
Irlanda y Inglaterra y Gales advierten en su mensaje que cualquier persona puede padecer
una enfermedad mental transitoria, desde la joven madre con depresión posparto, al
hombre de negocios, el sacerdote de una parroquia, el viudo que recientemente ha perdido
a su esposa a causa del cáncer o el joven que ha perdido la fe en la vida, sin olvidar
a quienes padecen una enfermedad mental crónica.
En este día señalado,
se quiere subrayar que el ministerio de la Iglesia desea atenuar las dificultades
que conlleva la salud mental y exhortar a la aceptación, amor y compasión que comporta
la vida de parroquia. El miedo a la diversidad –advierten los obispos en su mensaje-
puede conducirnos al rechazo y a la estigmatización del prójimo; esta Jornada nos
brinda la oportunidad de actuar como personas individuales y como personas pertenecientes
a una comunidad parroquial y tender la mano a aquellos que lo necesitan.
La
profesora Sheila Hollins, presidente del Colegio Real de Psiquiatras, y gran partidaria
de esta Jornada dedicada a la Vida, y este año en concreto a la salud mental, comenta
que los fieles piensan que si fueran mejores católicos no enfermarían, porque la relación
con Dios es suficiente para evitar la depresión y la debilidad.
En este
contexto tiene lugar esta Jornada para la Vida celebrada por la Iglesia católica de
Irlanda, Escocia, Inglaterra y Gales, para cultivar la concienciación sobre el significado
y el valor de la vida en cada etapa y en cada condición.