«Combatir la pobreza, construir la paz», lema elegido por el Papa para la Jornada
Mundial de la Paz 2009, para denunciar de nuevo el escándalo de la pobreza en el mundo
y subrayar la necesidad de una respuesta urgente a este grave problema material y
sobre todo moral y espiritual
Martes, 1 jul (RV).- «Combatir la pobreza, construir la paz». Es el lema que ha elegido
Benedicto XVI para la Jornada Mundial de la Paz 2009. Lo anuncia hoy la Oficina de
Prensa de la Santa Sede. «Eligiendo este tema el Papa denuncia nuevamente el escándalo
de la pobreza en el mundo y subraya la necesidad de una respuesta urgente de la familia
humana ante la grave cuestión de la pobreza, entendida como problema material y ante
todo moral y espiritual».
El lema que ha elegido Benedicto XVI para la celebración
de la Jornada Mundial de la Paz 2009 ha sido anunciado hoy en un comunicado de la
Oficina de Prensa de la Santa que señala que «eligiendo este tema el Papa quiere subrayar
la necesidad de una respuesta urgente de la familia humana ante la grave cuestión
de la pobreza, entendida como problema material y ante todo moral y espiritual».
El
mismo comunicado recuerda que también recientemente, como hizo en el mensaje que dirigió
a la FAO, el pasado 2 de junio, Benedicto XVI ha denunciado el escándalo de la pobreza
en el mundo, preguntando «cómo se puede permanecer insensibles ante el clamor de aquellos
que en los distintos continentes no logran alimentarse lo suficiente para vivir».
«Pobreza
y malnutrición no son una mera fatalidad, provocada por situaciones ambientales adversas
o por desastrosas calamidades naturales», recuerda el Papa, señalando que «las consideraciones
de carácter exclusivamente técnico o económico no deben prevalecer sobre los deberes
de justicia para cuantos sufren el hambre».
Con la Constitución pastoral Gaudium
et Spes, del Concilio Vaticano II, el Papa pone de relieve que «el escándalo de la
pobreza manifiesta que los actuales sistemas de convivencia humana no son adecuados
para promover la realización del bien común. Ello indica que es necesario reflexionar
sobre las raíces profundas de la pobreza material y, por lo tanto, también sobre la
miseria espiritual que hace que el hombre permanezca indiferente ante los sufrimientos
del prójimo».
Y como advierte en su Encíclica Dios es Amor, Benedicto XVI
reitera que «la respuesta se debe buscar, en primer lugar, en la conversión del corazón
del hombre al Dios de la caridad. Para conquistar así la pobreza de espíritu, según
el Mensaje de salvación anunciado por Jesús en el Sermón de la Montaña: ‘Bienaventurados
los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos’ (Mt 5,3)».
Recordamos
que las Jornadas Mundiales de la Paz, nacieron en 1968, fruto de una intuición providencial
del Siervo de Dios Papa Pablo VI, que eligió para su celebración la fecha del 1 de
enero de cada año, Solemnidad de María Santísima Madre de Dios. Iniciativa retomada
con gran convicción también por el Siervo de Dios Papa Juan Pablo II. Y, como escribía
Benedicto XVI para la Jornada Mundial de la Paz de este año, esta celebración viene
ofreciendo a la Iglesia a lo largo de los años la oportunidad de desarrollar, a través
de los Mensajes publicados con este motivo, una doctrina orientadora en favor de este
bien humano fundamental.