En el mensaje vía satélite para la clausura del 40º Congreso Eucarístico Internacional
de Québec, Benedicto XVI recuerda la importancia de este Sacramento y anuncia que
Dublín será la próxima sede de este evento en 2012
Domingo, 22 jun (RV).- “La Eucaristía es nuestro más hermoso tesoro. No nos aleja
de nuestros contemporáneos, más bien nos llama a enfrentar los desafíos presentes,
a luchar por el respeto a las personas desde su concepción hasta su muerte natural,
hacer que las sociedades ricas ayuden a las más pobres restituyéndoles su dignidad,
y que la paz y la justicia reinen en todos los continentes”. Así lo ha expresado el
Papa en la homilía de la celebración de clausura del 49 Congreso Eucarístico Internacional,
de Quebec, Canadá, pronunciada el directo, vía satélite desde Roma.
La celebración
eucarística, presidida por el Legado Pontificio, el cardenal Jozef Tomko, ha sido
precedida por una solemne procesión encabezada por numerosos cardenales, arzobispos,
obispos, sacerdotes y diáconos. A través de pantallas gigantes, los más de 15.000
fieles y peregrinos reunidos en la plaza frente al Museo Nacional de Bellas Artes
de Québec, han podido ver al Papa que desde la Sala Focioni del Vaticano ha anunciado
al final de su homilía que el próximo Congreso Eucarístico Internacional se realizará,
en Dublín, Irlanda, en el año 2012.
Al comienzo de su homilía, tras saludar
a los presentes, con un particular agradecimiento al cardenal Marc Oullet, arzobispo
de Quebec anfitrión del evento y al cardenal Jozef Tomko, su enviado especial, Benedicto
XVI ha recordado con entusiasmo que Canadá, este año, está celebrado el IV centenario
de su fundación, invitando a los fieles a retomar los valores que animaron a los pioneros
y a los misioneros que llegaron a esta nación.
Refiriéndose al tema del congreso:
”La Eucaristía, don de Dios para la vida del mundo”, el Santo Padre ha afirmado que
“la Eucaristía es nuestro mas hermoso tesoro porque representa el Sacramento por excelencia;
nos introduce en el camino de la vida eterna; contiene todos los misterios de nuestra
salvación; es la fuente y culmen de la vida de la Iglesia”
Con estas palabras,
el Papa ha invitado a los pastores y a los fieles a unirse en la permanente profundización
de este sacramento, para que cada quien, pueda reafirmar su fe, cumpliendo su misión
en la Iglesia y en el mundo. “La participación en la Eucaristía no nos aleja de nuestros
contemporáneos, dado que es la expresión por excelencia del amor de Dios –ha recordado
el Papa, señalando que a través de ella- nos unimos junto a nuestros hermanos para
hacer frente a los desafíos presentes y para hacer del planeta un lugar mejor para
vivir”.
“Por ella –ha proseguido el Santo Padre- nosotros podemos luchar sin
cesar para que todas las personas sean respetadas desde su concepción hasta su muerte
natural, para que las sociedades ricas ayuden a las más pobres restituyéndoles su
dignidad, para que todas las personas puedan alimentar y mantener a sus familias,
y para que la paz y la justicia reinen en todos los continentes. Éstos son algunos
de los desafíos que deben movilizar a nuestros contemporáneos y por los que los cristianos
deben poner todas sus fuerzas en el misterio eucarístico”.
Más adelante, hablando
en inglés, el Santo Padre ha recordado la importancia del “misterio de la fe”, que
ha invitado a estudiar en base al texto del Sacrosanctum Concilium, con el fin de
que cada persona entienda en profundidad su significado. “Espero –ha señalado el Pontífice-
que este congreso haya servido para renovar la catequesis Eucarística (…) porque la
Liturgia es el tesoro de la Iglesia”.
En este sentido, Benedicto XVI ha enfatizado
que tenemos que recordara que la Iglesia está construida entorno a Cristo, y que la
Eucaristía es el sacramento de la unidad de la Iglesia, porque “todos nosotros formamos
un solo cuerpo donde el Señor es la cabeza”. El Papa ha proseguido evocando la importancia
del domingo, el primer día de la semana, el día que honramos a Cristo, “el día que
recibimos la fuerza para vivir cada día el regalo de Dios”.
El Santo Padre,
también ha invitado a los pastores y fieles a renovar su preparación para recibir
la eucaristía, pues a pesar de nuestras debilidades y nuestros pecados, Cristo quiere
hacer de nosotros su morada, y darnos la salvación. Por ello, el Pontífice ha recordado
que debemos recibir la eucaristía con el corazón puro, buscando sin cesar, a través
del sacramento del perdón, la pureza que el pecado ha manchado, uniendo nuestra alma
y nuestra voz.