2008-06-16 14:38:45

El Papa hace un llamamiento a los traficantes de armas, responsables de una violencia difundida que lacera las regiones circundantes de Camerún y que provoca un número elevado de refugiados y sobre todo víctimas inocentes entre la población


Lunes, 16 jun (RV).- Benedicto XVI ha hecho un llamamiento a todas las personas implicadas en el tráfico de armas, recordando los dramas de los prófugos, el SIDA y de la pobreza, en su discurso al nuevo embajador del Camerún a quién ha recibido con motivo de la presentación de las Cartas Credenciales.

Benedicto XVI ha recibido esta mañana al nuevo embajador del Camerún ante la Santa Sede quién le ha presentado las Cartas Credenciales. En su discurso el Pontífice ha hecho un llamamiento a todas las personas implicadas en el tráfico de armas que, - subraya – conlleva “intereses a menudo muy lucrativos”, a interrogarse sobre las consecuencias de sus comportamientos. Se trata de una violencia difundida que lacera las regiones circundantes del Camerún y que provoca un número elevado de refugiados y sobre todo víctimas inocentes entre la población.

Entre ellas, ha recordado el Papa al diplomático Antoine Zanga, a Mons. Yves Plumey, al padre jesuita Embelget Mveng, y el más reciente el hermano alemán Anton Probst. El Pontífice ha hecho un llamamiento a los responsables políticos a un deber fundamental: ofrecer a los ciudadanos una situación social pacificada y ha deseado que la comunidad internacional pueda intervenir junto a las autoridades locales.

Más en general, ante el drama de la indigencia que azota al Camerún, el deseo del Papa, en lo que respecta a las organizaciones internacionales, es que alcancen el objetivo de aligerar o de cancelar la deuda externa de los Países pobres, que consigan “interrumpir el círculo vicioso del subdesarrollo y de la pobreza extrema”.

El Santo Padre recuerda que la población además de la coyuntura económica sufre por los fenómenos como cataclismos, cambios climáticos, pandemias, guerras y terrorismo. Benedicto XVI pide una “repartición más ecuánime de las riquezas”, e indica los ‘microproyectos’ de hombres y mujeres como caminos que hay que favorecer, invitando también a luchar contra los tráficos ilícitos y la corrupción. El Santo Padre ha apreciado también la labor que realizan las autoridades camerunenses, la población, y en particular la que realiza la Iglesia católica en el campo escolar y sanitario.

El Papa ha hablado de las perspectivas eventuales de un acuerdo entre la Santa Sede y Camerún, que podría favorecer el desarrollo de la actividad de la Iglesia en el ámbito escolar y sanitario con las ayudas que el gobierno podría aportar. Y ha citado el acuerdo ya alcanzado para el reconocimiento de títulos universitarios de la Universidad católica de África central, entre la Santa Sede y las autoridades de la capital Yaundé, suscrito el 17 de agosto de 1995.







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