El Papa celebra junto a los sacerdotes el último acto de su viaje al sur de Italia,
recordándoles la importancia de la oración sobre todo ante el ritmo frenético de la
vida actual, porque rezar es el primer servicio que ofrecer a la comunidad
Domingo, 15 jun (RV).- El Santo Padre se ha despedido de la localidad de Brindisi,
donde ha pasado la jornada de hoy, con un encuentro con los sacerdotes en la catedral
de esta ciudad, donde ha adorado el Santísimo Sacramento y ha pronunciado un emotivo
discurso. Finaliza de este modo el viaje apostólico de dos días del Papa a las diócesis
italianas de Ugento-Santa María de Leuca y Brindisi-Ostuni, en la provincia de Apulia.
Durante
su alocución esta tarde a los sacerdotes en la catedral de Brindisi, el Papa ha evocado
una vez más la importancia de la oración, “sobre todo en la vida cotidiana en la que
el ritmo se ha vuelto frenético, y las ocupaciones diarias absorben cada vez más tiempo”.
En este sentido Benedicto XVI ha llamado a los sacerdotes a convencerse de que “el
momento de la oración es el más importante en su vida. “Rezar es el primer servicio
que ofrecer a la comunidad”, ha sentenciado el Papa.
Benedicto XVI ha pasado
después a recordar dos momentos importantes para esta comunidad: por un lado la inauguración,
en noviembre del pasado año, del Seminario Arzobispal; y por otro, la celebración
del Sínodo diocesano, “momento privilegiado de comunión”. Asimismo, el Papa ha invitado
a todos los sacerdotes y la entera Diócesis, a unirse a las próximas celebraciones
del Año Paulino, y ha enumerado los santos provenientes de esta región del sur de
Italia: san Leucio, obispo; san Oronzo; san Teodoro de Amasea; y san Lorenzo de Brinsisi,
proclamado Doctor de la Iglesia por Juan XXIII.
Recordando estas insignes figuras,
Benedicto XVI ha llamado a la unidad, “para que la caridad fraterna y la unidad en
el trabajo pastoral sean ejemplo y estímulo para vuestra comunidad”. El Santo Padre
en su discurso ha animado a los sacerdotes a ponerse siempre al servicio del Evangelio
y de la Iglesia. “Que Cristo –ha señalado el Pontífice- sea el tema de vuestro pensamiento,
el argumento de vuestras palabras, el motivo por el que vivir”.
Por último
Benedicto XVI, antes de impartir su Bendición Apostólica, les ha asegurado un especial
recuerdo en su oración para que “prosigáis por el camino de la auténtica renovación
espiritual que estáis recorriendo junto a vuestras comunidades”.