Benedicto XVI anima a los obispos de Bangladés a perseverar en su misión pastoral
al servicio de la paz y del diálogo interreligioso al concluir su quinquenal visita
“ad limina Apostolorum”
Jueves, 12 jun (RV).- El Santo Padre Benedicto XVI ha animado esta mañana a los obispos
de Bangladés a perseverar en su intensa e importante misión pastoral al servicio de
la paz y del diálogo interreligioso y a proseguir en la senda del testimonio cristiano
ante los grandes desafíos cotidianos, con especial atención a los pobres y marginados.
En
su discurso a los miembros de la Conferencia Episcopal de Bangladés -que han finalizado
hoy su quinquenal visita ad limina Apostolorum- el Papa ha manifestado su profundo
aprecio y gratitud al Señor por la misión que desarrollan estos obispos asiáticos
con las siguientes palabras:
«Me uno a vosotros en acción de gracias a Dios
Todopoderoso por el crecimiento y fervor de la comunidad católica en Bangladés, en
particular ante los desafíos cotidianos que debe afrontar. Gran parte de vuestro pueblo
sufre por la pobreza, la marginación y la discriminación y anhela vuestra guía espiritual,
que les conducirá a reconocer en la fe y experimentar con anticipación, que ellos
han sido verdaderamente bendecidos por Dios».
Tras recordar que los obispos
están llamados a ser pacientes mansos y amables, según el espíritu de las bienaventuranzas,
anunciando los dones y verdades de la fe cristiana, también con el testimonio de su
propia vida, el Santo Padre ha expresado asimismo su aprecio por los esfuerzos que
estos prelados asiáticos cumplen en la formación de los catequistas laicos, asegurando
que su número y preparación sean las necesarias. Para responder así a la necesidad
urgente de fieles laicos que se dediquen con alegría y esmero al Evangelio y al apostolado
de la Iglesia. En particular, a la preparación de la juventud para recibir los sacramentos,
con especial atención al del matrimonio.
Manifestando su alegría también por
los esfuerzos que cumplen los obispos de Bangladés en lo que concierne al gran número
que registran de vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada, Benedicto XVI ha
destacado su profunda gratitud asimismo por la generosa asistencia que ofrecen a la
Iglesia en otros países, en especial a la de Corea. Una vez más, el Papa ha recordado
que la Iglesia Católica está al servicio de toda la humanidad diciendo:
«La
Iglesia es católica: una comunidad que abraza a personas de todas las razas e idiomas,
y no se limita a una particular cultura o sistema social, económico y político (cf.
‘Gaudium et spes’, 42). Ella está al servicio de toda la familia, compartiendo libremente
sus dones por el bienestar de todos. Ello le da una capacidad innata de fomentar la
unidad y la paz. Mis queridos hermanos, vosotros y vuestro pueblo, como promotores
de la armonía y de la paz, tenéis mucho que ofrecer a vuestra nación. En vuestro amor
por vuestro país inspiráis tolerancia, moderación y entendimiento. Alentando a vuestro
pueblo a impulsar el gran valor de la cooperación por el bien común, colaboráis para
que la estabilidad de vuestro país permanezca en el futuro».
Esfuerzos
que servirán al bien de la mayoría de los ciudadanos de la nación bangladesí, ha señalado
el Santo Padre, destacando luego su larga y noble tradición de respeto, tolerancia
y armonía social. Con el anhelo de que puedan seguir sosteniendo y aconsejando a los
laicos católicos y a todos los que ofrecen sus servicios por el bien de la sociedad
en el empleo público, en las comunicaciones sociales, en la educación, en la sanidad
y en la asistencia social, Benedicto XVI ha hecho hincapié en la importancia del diálogo
interreligioso:
«Conozco –dijo textualmente- las recientes iniciativas que
habéis emprendido en el campo del diálogo interreligioso y os exhorto a perseverar
con paciente dedicación a este componente esencial de la misión ad gentes de la Iglesia.
En verdad, se puede lograr un gran bien cuando se realiza en un espíritu de mutuo
entendimiento y colaboración en la verdad y en la libertad. Todos los hombres y mujeres
tienen la obligación de buscar la verdad. Cuando la encuentran, están llamados a moldear
toda su vida de acuerdo con sus demandas (cf. Dignitatis Humanae, 2). Por lo tanto,
la contribución más importante que podemos brindar al diálogo interreligioso es nuestro
conocimiento de Jesús de Nazaret, ‘Camino, Verdad y Vida’ (Jn 14, 6). El diálogo,
basado en el respeto mutuo y la verdad, no puede dejar de tener una influencia positiva
en el clima social de vuestro país. La delicadeza de esta tarea requiere la preparación
atenta del clero y de los laicos. En primer lugar, ofreciéndoles un conocimiento más
profundo de su propia fe y luego ayudándoles a crecer en su comprensión del islam,
del hinduismo, del budismo y de las otras religiones presentes en vuestra región».
El Santo Padre ha finalizado su discurso a los obispos de Bangladés recordando
que a finales de este mes dará comienzo la celebración del Año Paulino, que será para
toda la Iglesia una renovada invitación a anunciar con inquebrantable valentía la
Buena Nueva de Cristo Jesús: «Conozco las dificultades de esta misión que tenéis encomendada.
Al igual que los primeros cristianos, vosotros vivís en una pequeña comunidad entre
una gran población no cristiana. Vuestra presencia es un signo de que la predicación
del Evangelio, que empezó en Jerusalén y en Judea, prosigue su difusión hasta los
confines de la tierra, según el destino universal de la voluntad del Señor».
Misión
en la que el Santo Padre se une con la oración a estos obispos, junto con los sacerdotes,
religiosos y religiosas y fieles laicos que les acompañan. Siguiendo las huellas que
dejaron tantos misioneros entregados, empezando por san Francisco Javier. Y confiando
en que «el Señor abre los corazones de quienes escuchan, para que se adhieran a lo
que se anuncia en su nombre» (cf Hch 16,14).