Audiencia general: Benedicto XVI invita a todos a inspirarse en Romano el Meloda -
insigne Padre de la Iglesia «teólogo-poeta y compositor» - «para impulsar la comunicación
de la fe precisamente en nuestra civilización de la imagen»
Miércoles, 21 may (RV).- Debido a la lluvia intermitente que cae sobre Roma, la Audiencia
General del Santo Padre se ha desarrollado hoy en dos momentos. Primero en la Basílica
de San Pedro, donde Benedicto XVI ha deseado a los numerosos peregrinos que la visita
a las tumbas de los Apóstoles «fortalezca su fe» y les ayude a «comprender y percibir
mejor el Amor de Dios, manantial y fuente de nuestra alegría».
El Santo Padre
ha exhortado a los cristianos a «testimoniar - en particular a las personas más débiles
- este Amor que cambia la vida, para construir un mundo más justo y solidario».
Luego,
en el Aula Pablo VI, Benedicto XVI ha centrado su catequesis de hoy en la gran obra
y figura de Romano el Meloda, nacido en Siria a finales del siglo V. Destacando su
calidad literaria y su poesía al servicio de la celebración de los misterios de la
fe, el Papa ha recordado que este diácono permanente, quizá algo desconocido en la
actualidad, se estableció en un monasterio de Constantinopla, cercano a una iglesia
dedicada a la Madre de Dios, donde recibió de la Virgen María el carisma de la poesía
sagrada.
Romano el Meloda «nos muestra el poder de la comunicación simbólica
que, en la liturgia, une la tierra al cielo y usa imágenes, poesía y canto para elevar
nuestras mentes a la verdad de Dios», ha señalado el Santo Padre, haciendo hincapié
asimismo en las enseñanzas morales de este insigne autor cristiano, que nunca desmayó
en subrayar «la primacía de la caridad»: «La fe es amor y por ello crea poesía y música.
La fe es alegría y por ello crea belleza».
Presentado a este Padre de la Iglesia,
«teólogo-poeta y compositor», Benedicto XVI ha puesto de relieve que pertenece al
gran número de insignes teólogos, que transformaron la teología en poesía. Entre los
cuales el Papa ha citado a los santos Efrén, Ambrosio, Tomás y Juan de la Cruz.
Romano
el Meloda predicó con un lenguaje comprensible, basando sus palabras en una gran coherencia
entre sus palabras y su vida. Presentando la unidad entre Creación e historia de la
salvación. Entre Antiguo y Nuevo Testamento. Sin olvidar la Doctrina sobre el Espíritu
Santo.
No se encierra en conceptos teológicos inaccesibles. Predica una Cristología
simple pero fundamental. La de los grandes Concilios. Pero sobre todo está cerca de
la piedad popular, conociendo el corazón cristiano. «Cristo verdadero hombre y verdadero
Dios. Cristo en cuyas palabras humanas escuchamos la voz del mismo Dios».
En
su Mariología, grato a la Virgen por el don del carisma poético, Romano el Meloda
recuerda a la Madre de Dios al final de casi todos sus himnos y le dedica sus obras
más bellas: Natividad, Anunciación, Maternidad Divina y Nueva Eva.
Reiterando
la primacía de la caridad y el amor de Dios a la humanidad, el Santo Padre ha subrayado,
una vez más, que «la cultura cristiana, ha nacido de la fe, del corazón, que se encontró
con Cristo, Hijo de Dios:
«De este contacto del corazón con la Verdad, que
es Amor, ha nacido toda la gran cultura cristiana. Y si la fe permanece viva, también
esta herencia cultural no se queda como algo muerto del pasado, sino que permanece
viva y presente».
«Como los iconos, que también hoy hablan al corazón de los
creyentes». «Como las catedrales, «que no son monumentos medievales, sino ‘casas de
vida’. ‘Hogares’ en los cuales encontramos a Dios y nos encontramos los unos a los
otros», ha destacado Benedicto XVI, citando también, en este contexto, las obras musicales.
Como la música gregoriana, la de Bach y la de Mozart, «que viven en la vitalidad de
la Liturgia de nuestra fe».
«Si la fe se mantiene viva, la cultura cristiana
no se vuelve algo del ‘pasado’, sino que permanece viva y presente. Y si la fe se
mantiene viva, también hoy podemos responder al imperativo que se repite siempre de
nuevo en los salmos y que nos invita a cantar al Señor un canto nuevo», ha enfatizado
el Papa, añadiendo que «creatividad, innovación, canto nuevo, cultura nueva y presencia
de toda la herencia cultural en la vitalidad de la fe, no se excluyen entre sí, sino
que son una realidad única. Son presencia de la belleza de Dios y de la alegría de
ser hijos de Dios».
Este ha sido el resumen que ha hecho el Papa en español
de su catequesis.
Queridos
hermanos y hermanas:
Hoy nos detenemos en una figura
importante del siglo sexto en tierra siriana, Romano el Meloda, diácono permanente
establecido en un monasterio de la periferia de Constantinopla. Allí desarrolló una
actividad de predicador, con la cual enseñaba a los fieles el plan de Dios para salvar
a los hombres en Cristo, con gran creatividad, con metáforas, cantos e iconos. Son
especialmente famosas sus homilías poéticas cantadas, llamadas “kontákia”, que han
hecho de él uno de los autores más representativos de himnos litúrgicos de la Iglesia
cristiana de Oriente. De su capacidad comunicadora forma parte también el dirigirse
directamente a sus interlocutores y, sobre todo, mostrar un comportamiento coherente
con lo que predicaba. Por su fe, humildad y arte, ha quedado como modelo
del diácono que estudia, asimila y encarna la Escritura.
Saludo
cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a la peregrinación
diocesana de Mondoñedo-Ferrol, con su Obispo, y las Hermanas de la Caridad Dominicas
de la Presentación, así como a los grupos de España, Venezuela y otros países latinoamericanos.
Invito a todos a inspirarse en Romano el Meloda para impulsar la comunicación de la
fe precisamente en nuestra civilización de la imagen. Muchas gracias por
vuestra visita.
En su saludo en italiano, el Pontífice ha saludado a los
seminaristas del Seminario Regional de Molfetta, a los que ha exhortado a “fundar
su vida en Jesús y en la sólida roca de su Palabra, para ser valientes anunciadores
a los hombres de nuestro tiempo”. También el Papa ha saludado a los fieles albaneses
que han llegado acompañando a los obispos de este país en vista ad limina, estos días.
Como
es habitual al final de la Audiencia General, el Santo Padre ha dirigido unas palabras
en especial dedicadas a los jóvenes, enfermos y recién casados, “deseando a cada uno
de ellos servir siempre a Dios en la alegría y amar al prójimo con espíritu evangélico”.
Ante de terminar, Benedicto XVI ha recordado que mañana, solemnidad del Corpus
Christi , a las 7 de la tarde, en el atrio de la basílica de san Juan de Letrán presidirá
la Misa, a la que seguirá la tradicional procesión hasta santa María la Mayor. El
Papa ha invitado a todos a participar en esta solemne celebración, “para expresar
así la fe en Cristo, presente en la Eucaristía”.