2008-05-18 15:51:40

El Pontífice invita a los jóvenes genoveses a confiar en todo momento en Jesús, "el único Amigo que nunca defrauda"


Domingo, 18 may (RV).- Después de su visita al hospital pediátrico de Génova, el Papa se ha dirigido a la plaza Matteotti, de esta misma ciudad, donde le esperaban numerosos chicos y chicas de la región italiana de Liguria. Alentando a los jóvenes a mantener siempre su verdadera juventud, con aquella bondad de corazón que nunca envejece, ni cambia con las modas, Benedicto XVI los ha invitado a confiar en todo momento en Jesús, el único Amigo que nunca defrauda.

«La bondad y la generosidad mantienen la verdadera juventud en los corazones, a pesar de los años que pasan velozmente». «Si un joven descubre los verdaderos y grandes valores nunca envejece», ha recordado el Santo Padre, alentado también a los jóvenes a mantener esa juventud, que no sigue «las modas que se queman en un instante, en una carrera frenética y aturdida».

Los ha exhortado a profundizar en el amor de Jesús, en su misterio, en su verdad. Gracias a una formación firme, para responder a las múltiples preguntas juveniles sobre la vida, la fe cristiana y la Iglesia. Para salir al paso de la aridez y del desierto del alma, de las dependencias de mitos llamativos y de las mentiras difusas, de los lugares comunes del pensamiento. Para entrar en el meollo de las cuestiones decisivas, debatidas hoy sin una fe pensada y una razón entrenada para percibir la verdad de los valores y presentarlos con sereno rigor al que no tiene la luz de la fe.

Tras reiterar la importancia de cultivar la vida espiritual que conduce a Jesús con la oración, los sacramentos y el Evangelio, en comunión con la Iglesia y las comunidades eclesiales, Benedicto XVI ha exhortado a cultivar una formación firme, «para ser misioneros valientes y alegres, equipados culturalmente para anunciar a todos que Jesús es la razón suprema de la vida y de la juventud». El Papa ha entregado el Evangelio a algunos jóvenes como signo de mandato misionero para toda la juventud: «¡Id, queridísimos jóvenes, a vuestros ambientes de vida, a vuestras parroquias, a los barrios más difíciles, a las calles. Anunciad a Cristo Señor, esperanza del mundo! Cuanto más el hombre se aleja de Dios, su Manantial, más se pierde a sí mismo, la convivencia humana se vuelve difícil y la sociedad se desmorona. Permaneced unidos entre vosotros, ayudaos a vivir y a crecer en la fe y en la vida cristiana, para poder ser testigos valientes del Señor. Unidos, pero no encerrados. Sed humildes, pero no pávidos. Sed sencillos, pero no ingenuos. Sed reflexivos, pero no complicados. Dialogad con todos, pero seguid siendo vosotros mismos».

 El Santo Padre ha concluido sus exhortaciones a los jóvenes invitándolos a permanecer en comunión con los pastores, que son ministros del Evangelio, de la Divina Eucaristía, del perdón de Dios. Son padres, amigos y compañeros de camino: «Vosotros tenéis necesidad de ellos y ellos – todos nosotros – tenemos necesidad de vosotros. Cada uno de vosotros, queridos jóvenes, si permanece unido a Cristo y a la Iglesia puede cumplir grandes cosas. Éste es el deseo que os dejo como consigna. ¡Nos vemos en Sydney! Este saludo que dirijo a cuantos entre vosotros se han inscrito para participar en el encuentro mundial de julio, lo extiendo a todos, pues cualquiera podrá seguir el evento también desde aquí. Sé que en aquellos días las diócesis organizarán especiales momentos comunitarios, para que haya verdaderamente un nuevo Pentecostés sobre los jóvenes del mundo entero».







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