El Papa exhorta a la Acción Católica italiana a ser testimonios valientes y profetas
de radicalidad evangélica ante una mentalidad relativista, hedonista y consumista
Domingo, 4 may (RV).- Miles de fieles de la Acción católica italiana abarrotaron la
Plaza de San Pedro y sus alrededores, para festejar los 140 años de la fundación de
esta asociación, que nació el 2 de mayo de 1868, con el reconocimiento oficial del
Papa Pío IX. Es por ello que tras la celebración de la Santa Misa presidida por el
Cardenal arzobispo de Génova y Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Angelo
Bagnasco, con la que se concluyó la XIII Asamblea nacional de la Acción Católica
Italiana, el Santo Padre les dirigió un emotivo mensaje en el que recordó a los numerosos,
santos, beatos y siervos de Dios que han surgido del seno de ese movimiento, siguiendo
las huellas de Jesús y prodigándose por la Iglesia, en un ejemplar camino de santidad,
que debe llegar a todas las generaciones.
“Esto será posible si la Acción católica
continua manteniéndose fiel a sus profundas raíces de fe, nutridas por la adhesión
plena a la palabra de Dios, por un amor incondicional a la Iglesia, por una participación
vigilante en la vida civil y por un constante compromiso formativo”.
Tras exhortarlos
a responder generosamente a esta llamada a la santidad, el Papa recordó que la Iglesia
en Italia continúa siendo una realidad muy vivaz que conserva una presencia capilar
en medio de la gente de todas las edades y condiciones. Por ello, el Papa llamó a
los miembros de la Acción católica a servir desinteresadamente a la causa del bien
común, para la edificación de un justo orden de la sociedad y del Estado.
En
este sentido, el Santo Padre subrayó la importancia de vivir a la altura de su bautismo,
siendo ciudadanos dignos del Evangelio y maestros de sabiduría cristiana para alcanzar,
en un mundo sediento de paz y de verdad, un mundo más humano. Luego de reconocer
los graves problemas de la educación en la Italia de hoy, el Papa invitó a la Acción
Católica a saber servir a la iglesia misionera y ser anunciadores y educadores preparados
y generosos.
“En una Iglesia llamada a pruebas muy exigentes de fidelidad y
tentada a adaptarse, sean testimonios valientes y profetas de radicalidad evangélica;
en una Iglesia que cotidianamente se enfrenta con la mentalidad relativista, hedonista
y consumista sepan ampliar los espacios de la racionalidad en el signo de una fe amiga
de la inteligencia, ya sea en el ámbito de una cultura popular y difundida, que en
aquel de la investigación más elaborada y reflexiva; en una Iglesia que llama al heroísmo
de la santidad respondan sin temor, confiando siempre en la misericordia de Dios”.
Benedicto
XVI concluyó su mensaje invitando a los miembros de la Acción católica a seguir adelante,
ya que no están solos sino acompañados por sus santos y otras figuras que han tenido
papeles significativos dentro de la asociación. El Papa los animó a que estimulados
por estos ejemplos de cristianismo vivido se empeñen en traducir en la vida concreta
las enseñanzas del Evangelio, intensificando la oración, modelando sus conductas sobre
los valores eternos del Evangelio y dejándose guiar por la Virgen María, madre de
la Iglesia.